martes, 1 de octubre de 2013

-Una buena lección de congruencia...

 

El semáforo se puso amarillo justo cuando él iba a cruzar en su automóvil y, como era de esperar, hizo lo correcto: se detuvo en la línea de paso para los peatones, a pesar de que podría haber rebasado la luz roja, acelerando a través de la intersección.

La mujer que estaba en el automóvil detrás de él estaba furiosa. Le tocó la bocina por un largo rato e hizo comentarios negativos en alta voz, ya que por culpa suya no pudo avanzar a través de la intersección... y para colmo, se le cayó el celular y se le corrió el maquillaje.

En medio de su pataleta, oyó que alguien le tocaba el cristal del lado. Allí, parado junto a ella, había un policía mirándola muy seriamente.  El oficial le ordenó salir de su coche con las manos arriba y la llevó a la comisaría donde la revisaron de arriba abajo, le tomaron fotos, las huellas dactilares y la pusieron en una celda.

Después de un par de horas, un policía se acercó a la celda y abrió la puerta.  La señora fue escoltada hasta el mostrador, donde el agente que la detuvo estaba esperando con sus efectos personales:

"Señora, lamento mucho este error", le explicó el policía. - "Le ordené bajar del automóvil mientras usted se encontraba tocando insistentemente la bocina, queriendo pasar por encima del auto delante suyo, maldiciendo, gritando improperios y diciendo toda clase de palabras soeces. Mientras la observaba, me percaté que:
  • De su retrovisor cuelga un Rosario,
  • Su auto tiene una calcomanía en el parachoques que dice: "Jesús te ama",
  • Su tablero tiene un borde que dice "Amor y paz",
  • Tiene otra calcomanía que dice: "Practica la meditación"
  • Y, finalmente, tiene el emblema cristiano del pez.
Como es de esperarse, supuse que el auto era robado ... !!!"

Esta historia muestra la importancia de ser coherentes entre lo que creemos, lo que decimos y lo que hacemos ...

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