Litueche: encuentro de colores
Las
situaciones en la vida son diferentes, según las etapas que
transcurren. Así, en un momento muy clave , en una íntima reunión
con la mujer de mi vida, mi compañera de veintitantos años,
hicimos un balance de nuestra vida y nos hicimos dos preguntas “de
peso”:
-¿Cuántos
años me restan de trabajo en mi empresa? y la otra más seria
aún,-¿Cuántos años nos resta de vida?Inquietudes que si bien es cierto son permanentes en cada persona y familia, no se formulan habitualmente en este “alto del camino”.
Y empezamos a dibujar, tirar líneas en el mapa de nuestras vidas, los trazos fueron seguros, rápidos, con mediana dificultad, es que cuando se invoca al Señor al realizar algún plan, todo se hace un poco mejor y fácil.
Se
divisaban muchos cambios en el trabajo, cada vez se iba
colocando todo cuesta arriba, como en todas las empresas –tienen
que financiarse y ganar-obvio.
Así
que barajando este verdadero naipe de la vida, se toma la dolorosa
pero necesaria opción de emigrar lejos de casa. Así un día de
Marzo del año 1999, casi al borde del gran cambio de folio, del
siglo, me encuentro con dos maletas, llegando al pueblecito de
Litueche, en el secano costero de la sexta región, buscando la
pensión que me cobijara por algún tiempo.
Ahora
cuando miro el transcurso del tiempo, digo que de verdad fué una
opción valiente, que la gran mayoría de mis pares, no quiso ni
siquiera estudiar ni considerar, ya que había de estar lejos de tu
casa, de tu familia y de tu grupo. Allí en medio de una comunidad
nueva, desconocida, con algunos pescaditos “de colores” ubicados,
empezamos a trabajar e intentar con ánimo organizarnos, visitarnos,
querernos y seguir siempre “más allá”, o sea ¡ultreya!.
Como
con un cincel, logramos con tiempo, esculpir –no sin poco trabajo-
la frase del momento: “las cosas se van dando” y con la férrea
esperanza puesta plenamente en el Señor Resucitado, con la oración
permanente de Eduardo y de Zoemia empezamos tímidamente a dar
nuestros primeros pasos en “esta nueva vida”
Allí
en medio de algunos hermanos, con historias simples, humanas y
divinas tuve un sueño:
Aquí
podríamos precursillar y enviar candidatos, algunos buenos proyectos
al cursillo, también conseguir el envío de dirigentes al equipo y
tal vez, quién sabe, realizar un cursillo en estas tierras”,
en
la costa de esta sexta región-.
De
inmediato la respuesta “de cajón”:es muy difícil, cómo
conseguir personas que vayan a vivir la experiencia del triple
encuentro es complicado, tal vez en Rancagua o en San Fernando pero
aquí en Litueche que es tan pequeño es muy difícil por no decir,
imposible.
Entonces,
por esas cosas que sólo Él sabe dijimos: hagamos “tarea para la
casa” chiquillos, cada uno de nuestra reunión de grupo, con una
fuerte oración previa y palanca por medio, anotaremos un nombre
posible de alguien que tenga estas características y lo revisaremos
en la próxima semana.
Sin
mucho convencimiento, desganados, uno a uno revisamos nuestros
proyectos, sin una mayor exigencia, lo que salga en poco tiempo.
Empiezo
a notar: la señora del hospital, de la muni de ….y sorpresas, el
sueño puede ser real, llegamos anotar 28 proyectos (increíble) sin
presión, sin trabajo, siembra ni cosecha….¡nada!
Y
si las cosas se van dando, entonces sigamos soñando aún un poco
más, entonces mis hermanos podrían participar en los equipos de
cursillo, la idea sonaba curiosa-por decir lo menos- y más encima de
incredulidad….¿como nosotros, de acá ¿tan lejos?
Pero
fue posible no uno, dos….varios…..sucedía nuevamente “ lo
imposible entonces”.
¡Qué
fácil resulta decir no, y agregar, es casi imposible!
No
tenemos nada pero….¿queremos tenerlo todo, hacerlo todo? Claro,
con nuestras pequeñas y débiles fuerzas será imposible….sin duda
pero, no estamos solos. Estamos con el Señor, Cristo Jesús
Resucitado, venció la muerte, una vez lo descubrimos y amamos, nos
propusimos seguirlo, siempre, perseverando hasta el fin e hicimos
carne esto de “Cristo y yo …..mayoría aplastante” como dijo
Manolo Llanos. Entonces sé que no puedo quedarme, sé que debo
continuar a pesar de mis limitaciones, miserias, fallas…..no
estamos solos y es el momento de continuar.
Les
invitos pues a esto. La perseverancia es posible, es factible.
Hacemos
voto para nunca perder esta profunda y rica amistad.
Muchos
de ustedes me enseñaron en este peregrinar. Intentaré contar lo
vivido; siempre hay alguna novedad que aprender. Por ello estamos “al
habla” hermanos de Litueche, esta tierra seca, curtida, luchadora,
puede producir nuevos prospectos de cristianos, de luchadores,
de santos….
Porque
no?- tiene pues tu propio sueño!
Mi
proceso del cambio, de variar mi lugar de mi trabajo, de los ajustes
necesarios pensando en el retiro, se realizaron tal como estaban en
el papel, ni más ni menos, pienso que todo se lo debo al Patrón,
en quien puse toda mi confianza, agarrándome de la oración
permanente, de los hermanos que me dieron su apoyo, su cariño, del
grupo que me sostuvo en mis momento de penas, caídas y dificultades.
Ahora,
puede ser el momento que puedas aprovechar para hacerte la pregunta
de tu vida……hermano querido:
-¿cuántos
años restan para poder trabajar?
-¿Cuántos
años Dios mío me quedan de vida?
Con
la respuesta en la mano, podrías decir, pues lo que me queda….me
la juego de verdad por el Patrón.No se si serán muchos o pocos, los
que sean….son tuyos Señor.
La
decisión es pues, solo tuya, hoy-y ahora!
Enrique//
Litueche, Rancagua
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