En
San Fernando se desarrolló la Primera Asamblea Diocesana de Laicos
Católicos.
En
esta jornada, primera en la historia diocesana, se reunieron más 150
laicos representantes de parroquias y movimientos pastorales,
convocados por el Consejo Diocesano de Laicos, para delinear caminos
de participación y opinión social de los laicos católicos, como
fruto concreto del II Sínodo Diocesano donde se les invita a
”caminar juntos”.
El
pasado sábado 28 de septiembre, en dependencias del Instituto
Marista de San Fernando, y convocado por el Consejo Diocesano de
Laicos, se llevó a cabo la Primera Asamblea Diocesana de Laicos
Católicos, que contó con la presencia y participación de más 150
laicos representantes de parroquias y diversos movimientos pastorales
de toda la Diócesis. En esta Asamblea también se contó con la
asistencia del Obispo Diocesano, Alejandro Goic K. y del conocido
psicólogo y servidor público Benito Baranda F. quién estuvo a
cargo de la presentación del tema “Los laicos católicos y su rol
social”. Su exposición destacó por ser amena,
atingente a los signos de los tiempos, con un enfoque de su propia
vivencia, práctica más que teórica.
Los
asistentes, bajo un ambiente de fraternidad y sentido de comunidad,
se reconocieron en una tarea y una espiritualidad común. Ellos,
coincidieron, finalmente, en manifestar que esta Asamblea marca
un punto de inflexión en la vida laical diocesana, pues siendo una
experiencia maravillosa que estuvo permanentemente acompañada por el
Obispo Diocesano, estuvo al nivel de las expectativas, marcando el
rumbo de participación para los laicos de manera protagónica y
activa tanto en el ámbito intra como extra eclesial, pues son
llamados a ser “fermentos en la masa” y constructores del Reino
de Dios en cada lugar donde se desempeñan.
En
sus palabras de cierre de esta Asamblea Laical, el Coordinador del
Consejo Diocesano de laicos, el profesor Mauricio Guzmán Rebolledo,
agradeció la asistencia y participación de todos, especialmente de
aquellos que vinieron de los sectores y comunas más alejadas.
También indicó que “este es un primer acercamiento a lo que
debiera ser a futuro un protagonismo mayor de los laicos y
revertir lo negativo que arrojó la etapa del diagnóstico sinodal.
Hemos sido llamado, con nuestras fortalezas y debilidades a ser hoy
los brazos y las voces de Cristo en los diversos ambientes donde nos
desempeñamos, sintámonos orgullosos y animados en esta maravillosa
tarea.”
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