El
otro día llegó a visitarnos un amigo quien fuera vecino por varios
años y a quien no veía por un prolongado tiempo. Alto, corpulento,
amable, ordenado, lo recordaba con precisión llamándome siempre la
atención de que se cuidaba mucho en su salud. Su único desarreglo-
contaba ufano- es tomar “de vez en cuando un cortito”. Me había
contado que tenía unos familiares allá en la madre patria: España,
y siempre tenía en sus sueños el viajar “algún día en la
búsqueda de sus raíces”. Un deseo guardado por años, por no
decir de toda la vida.
Y
aparece aquél día en la puerta de nuestra casa: contento, radiante,
con deseos de compartir, de conversar y se fue produciendo el diálogo
que recuerdo así:
¡Qué gusto de verle! Tanto tiempo mi amigo, que
es de su ordenada vida, que cuenta”
-Aquí
estamos, vengo a verles especialmente para despedirme...
Como
que atisbo que estaba por cumplir el deseo de siempre, así que con
ganas lo felicito: ¡qué bueno!, me alegro tanto con su noticia.
Imagino que viajará por un tiempo largo.
No-
contesta- me voy sin regreso.
-Pero
mucho mejor don Rino, así se queda a vivir definitivamente con su
gente, imagino compartiendo todos los años de la vida que nunca
pudieron juntarse ni contarse, de la familia, los conocidos, los
hijos y nietos. No, yo lo felicito mi amigo y me alegro por cumplir
con ese sueño que tenía guardado por años.
Se
produce- una curiosa pausa. Me muestra ahora una cara diferente y me
mira directamente a los ojos:- nó vecino, me despido de usted porque
mi médico tratante me avisó que me restan 10 días de vida, por
esta enfermedad que descubierta se encuentra totalmente ramificada y
no tengo opción alguna, salvo despedirme de mi familia y amigos.
Se
desvaneció mi entusiasmo- yo como que lo veía “montado en el
avión viajando feliz al viejo mundo” , pero... que podía decir,
ya había metido la pata y las palabras se me trancaron y no pude
hablar.
-Nunca
viajé, se enfermó mi mujer pero, ahora me tocó a mí y yo estoy sin
vuelta.
Permítame
un abrazo entonces, le agradezco su delicadeza para acordarse de mí,
aunque sea en tan lamentable y triste noticia.
(me
pregunté: que más podía agregar.....si estaba todo dicho?)
Unos
días mas tarde, fuí a la misa y se recordó su nombre, pidiendo
por su descanso eterno. Saqué las cuentas, decir adiós, hasta
siempre y partir al noveno día........
¿cuantos
días me quedarán a mi ahora ?
¿sería capaz de despedirme tan
tranquilo como mi amigo?
¿Estaré
preparado, con el equipaje de mi vida listo?
Somos tan frágiles pero actuamos como si fuésemos de hierro.
Permíteme Dios mío, siempre tener claro que estamos de paso y que la vida es verdaderamente corta.
Confiamos hoy a la Santa Familia a todas las familias del mundo, especialmente a las que están extenuadas por el sufrimiento o el desasosiego, e invocamos sobre ellas la protección divina. (Tweet del Papa, 29 dic. 2019)
Confiamos hoy a la Santa Familia a todas las familias del mundo, especialmente a las que están extenuadas por el sufrimiento o el desasosiego, e invocamos sobre ellas la protección divina. (Tweet del Papa, 29 dic. 2019)
Hermosa historia de nuestro hermano Ramón que nos regaló en los primeros dias de este pequeño blog que sigue guardando la historia de la gente del Mcc de colores. Hoy la estamos recordando para toda la gente nueva que ha vivido su experiencia de amor y fe.
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