* Gracias chiquillos del MMC en Bingo rancaguino Agosto 2012.

Gracias queridos hermanos y amigos del MCC Rancagua:

la realización de la actividad económica: el bingo anual para juntar fondos para los trabajos de evangelización de nuestro MCC.en Rancagua-

Un buen éxito gracias a tantos que donaron los premios, a los que donaron premios y más encima vendieron cartones,trabajaron entregando su tiempo y toda su ilusión. A “los mismos de siempre” y a los nuevos de ahora; siempre se necesitan manos para tirar pa´delante. Rico saber que estaban trabajando; no por el cura o el presidente sino por el Señor.

Salió bien, se juntaron los billetes, se logró el objetivo, salió bien a pesar de nosotros. Se nota el apoyo “del más allá” donde, ciertamente, tenemos un “pituto”.

Pero ahora viene la segunda parte: conseguir las fichas. Es el resultado patente de un precursillo BIEN HECHO.Sus nombres y todos los datos de aquella persona que conocemos, apreciamos y sin duda amamos...tenemos la ilusión de todos ellos descubran -como todos nosotros-al Señor y ésa será una buena noticia.

Chiquillos, podemos fallar en el billete, nos faltarán escuelas, fuerzas para trabajo en equipo pero, si no tenemos oración y palanca, no podremos hacer NADA.En la Escuela de cada Miércoles estamos permanentemente palanqueando-hay mucho que pedir y rogar, pero somos tan pocos: promedio 15 y será necesario pedirles a cada uno de los hermanos que participen activamente, que empiecen a correr “en tierra derecha” de manera de asegurar el cupo para nuestro amigo; para aquél que está ávido de encontrarlo y seguirlo.

Palanca, oración, vitamina “R” llámala como quieras pero ofrécela “por puro amor” por todos los llamados.Serán muchos pero los escogidos llegarán el dia de la partida.

Ánimo, este trabajo tiene un cielo de futuro;vale pues todo lo que puedas hacer por ello. No estamos solos, recuérdalo siempre.entonces querido hermano, manos a la obra, a sembrar la buena nueva.

“Tremendo misterio éste que de las oraciones y voluntarios sacrificios de unos pocos, depende la salvación de muchos”.
 (Pío XII)