Tres pies de cueca, tres cosas que me pidieron un día: entrega, espíritu de caridad e ilusión, tres dias para conocerme, para mirarme, también a los hermanos y a Dios. Un cuarto día para hacer posible todo lo vivido. Gracias a todos por el tiempo de entrega, por el contacto a distancia. Por ésas llamadas entregando tu hombro de amigo. Vivamos animosos regalando lo mejor que tienes de tus talentos y regalos. En el inicio de año es bueno llamar a tu hermano lejano, descolorido, que está esperando tu saludo este domingo a comienzos del año.
(¿Hagamos el intento?).
Cuéntalo! aquí mismo y demos gracias a quién nos unió.
¡de colores!
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