Era la última reunión del año (y la primera presencial) con nuestra anfitriona la Estrellita Macnamara y su habitual gentileza. Resultaba curioso estar "en vivo y en directo" alejado de la cámara del zoom, compartiendo, revisando, saludando el término del año y viéndonos las caras. Para no creer, la reunión se extendió ya que nos encontrábamos como antes y era "emocionante". Un buen deseo para un nuevo período: al fin de este año hay que ir pensando en un cambio de nuevos dirigentes para el Secretariado Diocesano. Por ello-hoy ya estamos encargando sus oraciones para los servidores de los hermanos en algunos meses más. Que el Espíritu Santo iluminen los planes y proyectos de este querido movimiento- todos trabajamos por el Señor y sí vale la pena.
Participa, apoya, colabora; este movimiento lo hacemos entre todos.
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