CONFÍA, ORA, PERSEVERA!
MARY
ARREDONDO GONZALEZ/Centro Mcc Rahue Bajo, Osorno.
Nos
invitaron a vivir un retiro, bueno eran dos y por minutos fuimos al de los matrimonios lo
que produjo algunos enojos de los amigos, sin tener nosotros culpa alguna ya
que decían “nosotros les habíamos invitado primero”. Empezamos poco a poco
siempre intentando continuar lo que cada vez, por lejanía y sin vehículo- se
fue haciendo más difícil y llegó la segunda o primera invitación y allí fuimos
por fin a esto de un Cursillo de Cristiandad. Empezamos entusiastas ,
perseverando y oh emoción a trabajar en varios servicios; como en vocalías,
equipos y otros. Ramiro Cornejo, mi esposo se puso medio difícil ….ahh yo no
voy a seguirte por todos lados, pero calladito empezó a acompañarme y no
dejarme sola y empezamos juntos a descubrir tantas cosas bellas y testimonios
impresionantes de nuestros hermanos que regalan su experiencia y muestran su
esperanza.
Lo más impresionante es que no puedo dejar de lado la fuerza de la
oración, es que tiene un poder grande, tremendo, sobrenatural. Nos sentíamos complicados
y apenados, es que nuestra hija no podía
tener familia. Pasaban los años y ya se cumplían siete años de la “dulce espera
“ y na ni ná". Entonces “nos pusimos las pilas y las rodillas” y es que no hay
manera para pedir gracias grandes. Sistemática y confiadamente oramos, pedimos, rogamos y, gracias a Dios, logramos el milagro por conseguir
algo que parecía imposible. Por esto repito
una y otra vez confía, persevera, no pierdan las esperanzas. También y lo agrego sorprendida no
dejo de dar gracias por la recuperación de la salud de mi hermano que estuvo bastante complicado.
Uno se
maravilla y se da cuenta que nunca estamos solos ni abandonados. El grupo, el movimiento es una
verdadera maravilla que nunca estamos solos sino que juntos todo es posible.
Recuerdo una
simpática situación cuando trabajando en equipo unas jóvenes se van al baño mientras
las otras en el servicio aseo deben encerrarse intempestivamente. Acudo de
inmediato y les digo a estas hermanas que no se preocupen llamaremos al
cerrajero y yo mismo les aviso, dando un espacio para que salgan las chicas que
calladitas y asustadas rezaban en silencio.
Muchas
emociones, historias y alegrías. Vivimos
muy felices esta Ultreya de los cincuenta años de nuestro querido movimiento de
cursillos en esta Diócesis de Osorno. Estamos agradecidos de Dios, de los
Asesores, dirigentes, hermanos y visitas que hoy comparten esta maravilla de la
Ultreya de celebración.
Muchas bendiciones y más alegrías.
Mary
“de colores”
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