miércoles, 4 de octubre de 2017

V Asamblea Diocesana de Laicos en Requínoa el 30 Setiembre

Cerca de 250 personas se reunieron este 30 de septiembre en Requínoa, 
para participar en la asamblea, que se realiza por quinto año consecutivo.




Una lluviosa jornada recibió a los cerca de 250 laicos que participaron este sábado 30 de septiembre en la V Asamblea Diocesana de Laicos, de la Diócesis de Rancagua, cuyo tema fue “Jóvenes y la Iglesia”. Es así como se reunieron desde las 9 horas y hasta las 14 horas, en el Colegio Domingo Saavedra de las Hermanas de la Congregación Santa Marta en Requínoa.

La Asamblea fue organizada por el Consejo Diocesano de Laicos, creado a raíz del II Sínodo Diocesano, que desde que comenzó a funcionar ha impulsado la participación y el testimonio cristiano de laicos para buscar respuestas a los desafíos del mundo actual.

“En esta oportunidad nos reunimos a reflexionar y desarrollar lineamientos concretos a cerca de la realidad que viven los jóvenes católicos, específicamente, en nuestra diócesis”, señaló Mauricio Guzmán, coordinador del Consejo. Es que a la luz del Sínodo de los Obispos al que ha llamado el Papa sobre el tema de la juventud, se ha querido aunar fuerzas con la Pastoral Juvenil diocesana, para conocer esta realidad.

Es así como se conocieron testimonios de cuatro jóvenes: dos de ellos que participan activamente en la Iglesia, y dos – que siendo creyentes- tiene una posición más crítica hacia ella. Luego se realizó un trabajo de grupos, cuyos resultados serán analizados y dados a conocer a la brevedad.

Rol del laico

“Acabamos de realizar el sábado una hermosa V Jornada Diocesana de Laicos con especial participación de jóvenes, justamente con el deseo de ayudar a que los laicos asuman su responsabilidad, que es doble en la Iglesia”, precisó el obispo de Rancagua, monseñor Alejandro Goic. Éste señaló que una responsabilidad es colaborar con los pastores en las diferentes tareas evangelizadoras, “y la segunda gran tarea de los laicos es impregnar las realidades humanas con el hálito, la fuerza y los valores del Evangelio. Eso significa que deben prepararse adecuadamente para ser luz en las realidades humanas, por ejemplo, los laicos que tienen la vocación y el don de ser empresarios deben generar verdaderas comunidades de personas, donde los colaboradores se sientan parte de esta empresa porque participan de los frutos de ese trabajo. También los laicos en la acción política, tratando de desarrollar en la legislación proyectos que favorezcan la dignidad humana en todas sus formas”, puntualizó el obispo de Rancagua.

Fuente: Comunicaciones Rancagua


Rancagua, 02/10/2017


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