domingo, 1 de noviembre de 2015

-BIENAVENTURADOS LOS QUE LLORAN

BIENAVENTURADOS LOS QUE LLORAN
Perdón Señor por nuestro sistemático empeño en evitar el dolor.
Por nuestro esmero en evitar las aristas de tu cruz.
Por la falta de visión de fe ante el dolor.
Por la rebeldía ante el sufrimiento que permites.
Por nuestras depresiones y abatimientos..

¿Considero la aflicción como una desgracia y un castigo, tal como lo hace la gente del mundo, o como una oportunidad de parecerme a Cristo? ¿Cuáles son los motivos de mis tristezas?: los mismos de Dios o los del mundo? ¿Trato de consolar a los demás o sólo ser consolado yo? ¿Sé guardar como un secreto entre Dios y yo algún contrariedad, sin hablar de ello a diestro y siniestro?

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