martes, 1 de septiembre de 2015

-Bienaventurados los pobres

EXAMEN DE LAS BIENAVENTURANZAS
BIENAVENTURADOS LOS POBRES
Perdón Señor porque no buscamos la pobreza.
Por nuestro apego a los bienes de este mundo.
Por el afán de posesión y falta de desprendimiento.
Porque no queremos carecer de nada.
Por no vaciarnos de nosotros mismos para que seas Tú solo nuestra roca.

¿Soy libre y estoy desapegado de los bienes terrenos?






Qué representa el dinero par mí?
¿Trato de seguir un estilo de vida sobrio y simple, como conviene a quien quiere testimoniar el evangelio?
 ¿Tomo en serio el problema de la espantosa pobreza no elegida sino impuesta a tantos millones de hermanos mío? ¿soy pobre de espíritu, pobre dentro, abandonado en todo  Dios?


Algunos ejemplos de los pobres en espíritu.
          A. Lc. 7:36-50, la mujer pecadora que regó con lágrimas los pies de Jesús y los enjugaba con sus cabellos era pobre en espíritu. Reconocía que estaba arruinada espiritualmente, y confiaba en Jesús para el perdón.

          B. Lc. 18:9-14, el publicano que dijo, "Sé propicio a mí, pecador"; era pobre en espíritu. Reconocía que necesitaba el perdón de Dios, que estaba totalmente carente de la justicia de Dios, y no confia­ba en sí (como hizo el fariseo), sino en Dios.
          C. Lc. 15:17-19, "Yo aquí perezco de hambre. Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti: Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jor­naleros". El hijo pródigo era pobre en es­píritu.
          D. Sal. 51:1-3, "Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia; conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones ... yo reconozco mis rebeliones, y mi pecado está siempre de­lante de mí". El ver. 17 (verso clave) dice, "Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios". David era pobre en espíritu.

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