BIENAVENTURADOS LOS POBRES
Perdón Señor porque no buscamos la pobreza.
Por nuestro apego a los bienes de este mundo.
Por el afán de posesión y falta de desprendimiento.
Porque no queremos carecer de nada.
Por no vaciarnos de nosotros mismos para que seas Tú solo nuestra roca.
¿Soy libre y estoy desapegado de los bienes terrenos?
Qué representa el dinero par mí?
¿Trato de seguir un estilo de vida sobrio y simple, como conviene a quien quiere testimoniar el evangelio?
¿Tomo en serio el problema de la espantosa pobreza no elegida sino impuesta a tantos millones de hermanos mío? ¿soy pobre de espíritu, pobre dentro, abandonado en todo Dios?
Algunos ejemplos de los pobres en espíritu.
A.
Lc. 7:36-50, la mujer pecadora que regó con lágrimas los pies de Jesús y los
enjugaba con sus cabellos era pobre en espíritu. Reconocía que estaba arruinada
espiritualmente, y confiaba en Jesús para el perdón.
B.
Lc. 18:9-14, el publicano que dijo, "Sé propicio a mí, pecador"; era
pobre en espíritu. Reconocía que necesitaba el perdón de Dios, que estaba
totalmente carente de la justicia de Dios, y no confiaba en sí (como hizo el
fariseo), sino en Dios.
C.
Lc. 15:17-19, "Yo aquí perezco de hambre. Me levantaré e iré a mi padre,
y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti: Ya no soy digno de ser
llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros". El hijo pródigo era
pobre en espíritu.
D.
Sal. 51:1-3, "Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia;
conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones ... yo reconozco
mis rebeliones, y mi pecado está siempre delante de mí". El ver. 17
(verso clave) dice, "Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado;
al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios". David era
pobre en espíritu.
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