Un café para el Señor
No te compliques la vida,
al compartir la mesa no hay ostentar, sé frugal pero atento y diligente es mi
hermano y amigo (cuando lo hicistes con uno de los míos, conmigo lo hiciste-
como olvidar esas palabras de Cristo).
Ya lo empezamos a practicar
en casa-tenemos un matrimonio “en barbecho” aún precursillándolos, aunque han
pasado varios años y aún no pueden vivir su experiencia por razones familiares nosotros no perdemos
la esperanza, ni la cabeza, es más tenemos confianza que un dia si podrán experimentarla. Estamos convencidos de eso, se nota la diferencia, más que hablar nosotros tenemos que escuchar y así hemos aprendido de nuestros hermanos, su vida y
problemas pero también de la esperanza y de todo aquello que descubrimos que
bien vale la pena vivir esta vida.
Las comidas hechas con amor
tiene otro sabor- lo sabemos y lo volvemos a corroborar continuamente. Así que
más que enseñar es compartir y aprender. Te invitamos a hacer la prueba con tu hermano y amigo cercano, tendrás algo que contarnos en breve.
No hay comentarios:
Publicar un comentario