Mi cuñada y
mi hermano me trajeron este regalo. Oye es un GRAN regalo pero tuve que decir
la verdad: “pero, no es para mí”. Pero es algo especial, diferente, tienes que
recibirlo. Era el año 1995 en que me
decidí y fui por puro cumplir. Desde el primer momento, lo confieso
hidalgamente era para mí. Me di cuenta que me
faltaba algo,y ése algo que estaba
buscando sin saberlo lo tenía aquí mismo,
Todo este
tiempo intentamos hacer todos los servicios posibles y muy intenso, con todo.
El párroco me llama para ministro de
comunión y algo más : comunión, bautizos a punto de diácono. Hay que ganar los
ambientes y esto se hace en el día a día.
Vivimos
felices y contentos dos hijos son universitarios y llenan la vida de padre y de
vida.
¿Recomendamos
el cursillo?- por supuesto! Por eso siempre estamos invitando a vivir esta gran
experiencia. Ya que vivir cursillos te deja marcado para siempre; son tres días
profundos que “ te cae la chaucha”, los talentos son sin duda para ponerlos al
servicio de los demás, hay que continuar y sentirse “parejito”
Sin duda que
no fui tan alejado de la iglesia, era “ocasional” mi lejanía pero de verdad
algo siempre me faltaba, ya lo encontré y ello ha sido para mí aceptar el resto
de mi vida junto al Señor.
Este regalo,
de verdad, es el más grande que pueda alguna vez soñar. Te invito a descubrirlo
y trabajar por este gran ideal. Tu también podrías hacer el regalo de tu vida a
quien estuimas y amas. Ánimo todo es posible junto al Señor del amor.
ALBERTO
SALINAS MCC TALCA
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