Me lo contó una amigo muy querido, del mcc "de colores". Ella, una persona muy diligente, recorría la ruta para cobrar el 1% contribucción a la iglesia como todos los meses. Llegó a la casa del señor González : -no, no está, salió -le dijeron
-esta bien volveré el jueves en la tarde. Se repitió lo mismo un par de veces. A la tercera vuelta preguntando por el erogante, se sorprendió al presentarse malhumorado y con el dinero en la mano amenazante:
"tanto que hinchái por la lesera, aquí tenís y no molestís tanto", y en vez de entregarlas en su mano le lanzó con evidente desprecio las monedas afuera a la calle.
La verdad es que quedé muda, contaba. Sorprendida y con una auténtica humildad se agachó a recoger una a una las pocas monedas- sí- era el monto correcto- 1.250 pesos. Es que todos los aportes son importantes en estos tiempos.
Yo,
contaba mi hermano de la historia, no las habría recogido, yo mismo
habría agregado algo y las habría ofrecido en su nombre algo más pero
con más amor. Es un compromiso personal, de acuerdo a las posibilidades.
No hay como engañar o evadir, debo contribuir junto a mis hermanos en
mantener el culto. No es una limosna, de algo que me sobra si no de algo
que va a servir
Como que le encontré la razón. Cuantas veces nos falta colocarnos en los zapatos del otro. ¡Cuesta! pero hay que seguir colaborando a medida de tus fuerzas.
¿Para qué requiere la iglesia de medios materiales?
- Para remunerar dignamente a los sacerdotes, diáconos, religiosos/as.
- Para proveer de los elementos necesarios para celebrar los sacramentos
- Para anunciar el Evangelio y financiar la pastoral
entregando a los voluntarios los medios materiales necesarios para esta
misión
- Para ayudar a los necesitados
- Para acompañar a los jóvenes en su búsqueda, a los enfermos en su dolor
- Para construir y mantener templos y lugares de oración
Sin nuestro aporte, la Iglesia no puede realizar su misión de anunciar el Amor de Dios por todos los hombres. - Cuentanos TU EXPERIENCIA
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