LAMENTO BORINCANO
Llega sin fe y sin aliento
y entra en el Cursillo
por curiosidad. (bis)
Lleva un gran cargamento
muy en sus adentros
de duda y maldad. (bis)
Piensa que es tan solo una ilusión
y que nadie al fin lo cambiará;
y triste el cursillista va,
pensando así, soñando así,
soñando así en el Cursillo,
qué ha sido de mi vida, mi Dios querido,
qué será de mis hijos y de mi hogar,
Pasa la mañana entera
oyendo los rollos.
que allí se dan. (bis)
Oye con desconfianza
a un laico que habla
sobre el ideal. (bis)
Siente una extraña sensación
que algo le ha asaltado el corazón.
De pronto empieza a despertar,
con el sentir, con el cantar,
con el vivir ardiente DE COLORES:
He encontrado un amigo, mi Dios querido,
he encontrado a Cristo,
que es mi Ideal.
Cursillos, nuevo Pentecostés
donde nació y ennobleció
mi paz, mi gracia y mi alegría,
cantaré bendiciendo el cuarto día
hasta que Dios me lleve a la eternidad.
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