Estrellita con sus amigos en Río Bueno. Compartiendo dulces y recuerdos. Rico momento con sorpresas y hartas historias. Una de ellas las recordamos en esta ocasión. |
ESTRELLITA
De mi linda
ciudad sureña un día me fui a la Universidad, un poquito lejos y muy diferente a mi ciudad natal.
Allí nos conocimos con Juanito -amor instantáneo, matrimonio, fiesta y familia nueva. Curioso en
aquellos tiempos es que íbamos poco a misa en nuestro caso, ya sea por razones de trabajo y
otros imprevistos. Entonces nos fuimos a vivir a Brasil-tremendo país- así llegó el primer
hijo. Regresamos a la patria y nos fuimos a vivir a Coya, tranquila y bucólica localidad de
la Sexta Región. Y allí apareció en la capilla de la localidad un curita nuevo-
lo saludamos como regla de buena educación- pero nada más hasta que un día se
me acerca y me pregunta con extrañeza: ¿es usted luterana?-
¡no padre
Desiderio, de donde saca eso!-
Es que no la
veo nunca en misa, bueno aparte que, la
verdad es que le traigo una invitación. Es un retiro.
-A bueno ya,
le conteste sin poder cachar mucho.
-Es para más
adelante, para el mes de Septiembre-
- ahh!
entonces si voy (quedé convencida que como faltaba mucho tiempo se le iba a
olvidar a este cura joven)
Pero el
tiempo pasa y los plazos se cumplen. De pronto un avisito: recuerde que se
acerca la fecha, falta muy poco. Allí
mismo “se me entró el tony”: es que el trabajo, es que mi niño, es que mi
esposo y varios detalles que agregar-.
- Pero de partida para mi marido fue imposible
ir- por imprevistos en el trabajo y yo quedé en primera línea con el retiro de
mujeres. Pero lo intenté de nuevo para correrme también, me daba un poco miedo. Una lástima.
Juanito me preguntó algo así como….usted firmó que no fallaba, entonces debe
cumplir, vaya, aprenda y me cuenta.
Pero ….como
voy a ir si no conozco a nadie y son tres días, y ….¡chis pero te comprometiste
Estrellita, tienes que cumplir- nadie te obligó. Y así, partí; hasta poco
convencida pero entre la gente y la espera me sorprendí con alguien; la Rudy-oye
que bueno! También tú asistes y ya no me encontraré como pollo en corral ajeno.
Es que nuestros maridos trabajan juntos en la misma empresa y ahora sí que me
decido en la misma partida.
- Era el año 1979- y ya me tranquilicé un poquito en esta
curiosa novedad y aventura, aunque me dije del comienzo que “esto no es para mí”,
esto es para otra persona que lo necesite y que busque al Señor (ilusa yo),
pero de a poco me fui convenciendo que esto SI era para Mí, que era lo que
estaba esperando, que buscaba perseverar y continuar siempre más allá, con ganas
y alegría. Me encantó el estilo, forma y entrega de un cursillo de cristiandad: ameno, intenso y alegre.
-También me gustan los grupos
y mostrar al Señor de la Alegría y Misericordia. Trabajo con la familia “Caritas-
Servicio a los enfermos” en la Futsat, en mi grupo de cursillos que lleva por nombre “Jesús
Grañón” nuestro ex asesor que nos dejara intempestivamente; diría de verdad que
me parece sentirme como Roberto Carlos “con un millón de amigos”: me gusta el
servicio, el compartir, aprender y crecer interiormente y es que es “un
verdadero placer”.
Cursillos me
alimenta espiritualmente compartir con los más necesitados y dolientes me ayuda
y me da fuerzas. Estoy feliz de haber descubierto este tremenda regalo, lo vivo
en cada oportunidad con entrega, alegría, amistad y esperanzas.
Cumplir
cincuenta años, en nuestro querido movimiento Cursillos de Cristiandad- es una
gran noticia que debemos celebrar con entrega, oración y mucha, mucha alegría.
Será continuar la senda de tantos hermanos que llenaron nuestros caminos de colores y ahora viven en su quinto y definitivo día.
Estrellita”/Rancagua –Diciembre 2017-
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