“De verdad
es que soy un milagro”
Como que
todo me costó mucho en mi vida. Comenzando por ser “sietemesina” y en tiempos
difíciles donde no habían los adelantos de ahora. Empecé como “entre algodones”
creciendo con esfuerzo físico y espiritual. Siempre un gran desafío por la vida, siempre hay que atreverse y seguir adelante. Con Roberto nos casamos muy enamorados,
tenía algo especial: había vivido un
retiro de un cursillo de cristiandad y lo hacía diferente. Así, ya a los cuatro meses estábamos esperando
nuestro primer hijo y con 21 flamantes años entonces me invitaron a Lo Vásquez
a conocer esta novedad que no entendía mucho. Viajar en tren a Santiago y
después a Valparaíso la vida sí que me había cambiado casada, madre, aunque mi
vida siempre fue de profunda fe gracias a mi querida abuelita Mercedes y más encima cursillista-
más aún. Recuerdo que los padrinos fueron
dos tremendas personas: Edgardo e Hilda Escobar-muy queridos y respetados. Lo
extraño y único que recuerdo es que
había que llevar sábanas y estaba un poco asustada, había mucha gente que no conocía: diría que me embriagué de
amor por la Madre y su Hijo allí en el hermoso Santuario en el mes de Mayo 1974.
Si me quedó
grabado a fuego que todos nosotros somos la Iglesia, que Cristo y yo mayoría
aplastante y tantas cosas hermosas y bellas que me llenaron el alma pero, tanta
emoción tuve que no pude abrir la boca
para contarles mi testimonio a mis hermanos en Cristo. Pero quedé feliz, muy
contenta es que en casa paterna años atrás recuerdo lamentablemente violencia, división y
penitas y, ahora sí que estaba realmente feliz. Poco a poco me fui enamorando del
Señor y nunca de verdad me he alejado de su mano. Quizás si alguien me
preguntara por vivir esta experiencia y tienen dudas les diría de inmediato que
vale la pena, que descubrirán mucho para su vida y para su futuro es
simplemente un gozo. Un sueño familiar 4 hijos, nueras un yerno que
intentan descubrir a su vez los talentos personales su vocación y su servicio.
Mi primer
tiempo de catequista fue un tremendo desafío pero lo acepté entusiasta. Es que
no estaba sola, ahora incluso soy Ministro de Comunión. Visitas a los enfermos
voluntariado y visitas casas siempre me digo “que seas Tú Señor y no yo” me
gustan pues los desafíos imagínense si
agradecemos por los hijos, los nueves nietos y un biznieto.
Recordaba en
la historia que Roberto iba a misa y
compartía con un curita del barrio, trabajaba en la carnicería familiar de a poco
me invitó a misa y allí empezamos una vida interesante y compartimos siempre la
alegría del Señor, nunca será fácil pero siempre vamos “más allá”-.
El milagro más grande es haberte conocido Jesús y quiero seguirte siempre-
"de colores"
MARIA TERESA- "Grupo Dios es mi todo" Rancagua
El milagro más grande es haberte conocido Jesús y quiero seguirte siempre-
"de colores"
MARIA TERESA- "Grupo Dios es mi todo" Rancagua
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