Lo
primero, agradecer a Dios por llamarnos a crecer y a enriquecernos como
Dirigentes, ya que formarnos y aprender es deber de todo cristiano
comprometido. Sólo así podremos servir al Señor, a nuestros hermanos y
mostrar al Señor, a quien no lo conoce.
Sabiéndonos instrumentos en las manos del
Señor, hemos recibido este regalo, conscientes de compartirlo con
nuestros hermanos de Pichilemu.
Como experiencia, pudimos conocer a muchos
hermanos que aman al Señor y a nuestro movimiento, compartimos
diferentes experiencias, de todos aprendimos.
Destacar que este cursillo de dirigentes
nos entregó conocimientos, mejores herramientas, nuevas ideas y fuerza
renovadora para ser un mejor dirigente.
Conocer y compartir con nuestro
Secretariado Nacional, con sus presidentes Víctor y Patricia, nos llenó
de alegría, con sus testimonios y sencillez, nos motivan, nos impulsan a
seguir, a contagiar, y a servir. Todas estas bendiciones, son una
hermosa invitación del Señor a seguir evangelizando y, trabajando.
Gracias Señor!!!!!!!
Pola Pesante
Centro de Pichilemu
Diócesis de Rancagua
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