viernes, 24 de octubre de 2014

-Con mi hijo ahora somos hermanos.- 76-Víctor








mi hijo mayor tiene una enfermedad: insuficiencia renal crónica, con 17 años se está dializando, de éso ya dos años y medio. Nunca hablamos de un donante aunque mi mujer intentaba, buscaba, oraba. Pero mi hijo tan joven tiene que seguir viviendo. Tiene un profundo cambio de vida por cuatro horas diarias y en tres veces a la semana debe estar amarrado a una máquina que le ayuda a seguir con nosotros. Lo miro, si hasta me sorprendo Dios mío lo encuentro que se hizo más viejo.
En la familia lo teníamos en oración y observación y me decidí a ver mis posibilidades, que podía ofrecerle, ayudarle, la posibilidad de hacer algo más. Me decidí- le donaré mi riñón, nuestro cabro se lo merece. Tengo, debo recuperar el tiempo perdido, y todo lo que se hace por amor tiene mayor valor-me doy ánimo. 
Cuántas veces hemos meditado en que “ustedes están muy tranquilos y yo en breve yo no estaré”...se cierran muchas puertas pero a Dios gracias, se habre una ventana; la vida es breve. Nunca imaginamos que nos puede deparar nuestro quinto día, que es todo el resto de la vida.
Han pasado varios años, la vida sigue. Estamos más unidos que antes y sólo debo dar gracias al Señor por todo. Ahora hasta somos hermanos en Cristo ya que los dos somos “de colores”
hermanos, nunca hay que perder la esperanza.

VICTOR BOZO

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