HERNAN RODRIGUEZ ALISTE, delantero de Colo Colo.
Capitán de la Selección chilena.
Un testimonio de vida, de sueños que pretendió alcanzar la fama y obtuvo la fortuna de una familia unida: 55 años de matrimonio junto a Talyta-5 hijos, 8 nietos y 1 biznieta.
Sobrecogedor testimonio de un hombre sencillo, formado en el rigor, cuenta su historia con una simpleza y sencillez que la quisiera cualquiera, una entrevista al hombre que un día fué invitado a vivir un Cursillo de Cristiandad y que lo marcó junto a su mujer "a fuego" en el corazón y llenó la mente de ideas.
“Chitas
el cabro tonto haciendo piruetas entre las piedas..” pero tenía
ciertamente condición. Seguía haciendo entrenamiento en la cancha
de Agua Dulce allá en Sewell. Hernán, en forma sistemática, con el
gran amor al deporte y con perseverancia se ejercitaba subiendo y
bajando las miles de escalas que habían en el mineral. Todos los días
con su empeño,aunque los que miraban no entendieran nada y cuando
tenía la oportunidad de viajar a Caletones, lo hacía a pie- por la
trocha angosta del ferrocarril de la empresa. Todo ello fue moldeando
su gran resistencia y capacidad a la que muchos llamarían más
adelante el “siete pulmones”
“todo
eso me sirvió en la vida....me indica y agrega: gracias al deporte
logré jugar y conocer muchos lugares, recuerdo Europa, Sudamérica:
Brasil, Bolivia, Argentina, Uruguay. Toda mi vida fue dedicarme al
futbol- con gran cuidado de no tomar, no mujeres, tranquilo y mucho
trabajo, lamentablemente no pude integrar el equipo del Mundial del
62 lo que me dió mucha pena ya que era mi máxima aspiración
Recuerdo
que nos encontrábamos en París, entonces Fernando Riera y Lucho
Alamos se arrancaron a ver un partido de los franceses y suizos y los
jugadores que nos encontrábamos en concentración aprovecharon
también para arrancarse y salir a pasarla bien, pese a la
prohibición. Por supuesto que se supo todo y el gran culpable el
capitán de la selección.... pagar los platos rotos.
Pero vuelve a hacer sus recuerdos:
"Fué
de verdad una niñez cercana a la Iglesia, podíamos ir al catecismo
encantados: “Ya Hernán toca la primera seña para la misa. Está
estusiasmado al recordar-era tan rico, había que subir a la torres
de casi tres pisos ya que no faltaba los graciosos que la cortaban la
soga del campanario; yo vivía muy cerca prácticamente a tres
cuadras de la iglesia y no fallaba nunca a las actividades.
Diríamos
que teníamos la fe impregnada lo que nos ayudó al complemento
cuando vivimos la fortuna de un cursillo de cristiandad.Justo con
encontrarnos con nosotros mismos y los hermanos, tuvimos la maravilla
de encontrarle a Él- una maravilla que nunca olvidaremos.
(segunda parte en Nuestro capitán- El chambeque blog)
caqui 2012
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