lunes, 7 de junio de 2021

* El gran amigo de mi padre OSVALDO.

  

  Gratos años compartimos en el grupo Juan Pablo II Mensajero de la paz" viviendo la perseverancia, el trabajo, y la oración. Buen hombre: honesto, sencillo, alegre y querendón. Gracias por este testimonio de cariño y recuerdos. 

 

Era un sábado por la tarde hace mucho tiempo, cuando mi papá (Osvaldo) me invitó a conocer a un gran amigo suyo. 

Siendo yo una pequeña niña en esa época, salí con mucha curiosidad imaginando quién sería,  y como sería. Caminamos en dirección a la plaza de Rancagua e ingresamos al costado de la Catedral, al oratorio donde se realizaba la primera misa del día.

Estuvimos rezando un largo rato y yo estaba un poquito nerviosa y seguía pensando quién sería ese amigo que conoceríamos por fin, pensé que vivía en esa casa y que luego aparecería y nos invitaría a pasar a tomar un rico té y galletas. Sin embargo, esto no ocurrió porque nos retiramos a casa y en vuelta me sentí un poco desilusionada, ya que esto no cumplió mis expectativas de niña, nunca entendí esto del "misterioso amigo invisible".

Sin embargo, al pasar de los años este hecho ha quedado en mi corazón como el mejor legado que puede dejar un padre a un hijo; enseñarle y presentarle al mejor amigos posible, el que nunca falla: ¡Jesús sacramentado!, vivo y presente que nunca nos abandona.

 Fue así como siempre me gustó rezar con mi papá el rosario y compartir nuestras animadas y entusiastas reuniones de grupo de Cursillos. orando, alabando y agradeciendo siempre.

 Hoy mi padre OSVALDO  está en cielo, junto a nuestra hermana a su hija Paulina, disfrutando por fin de la alegría, gloria y adoración eterna de Dios.

Carmen Gloria Herrera Miranda

Mcc Diócesis de la Santa Cruz, Rancagua

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