Si Jesús viniera hoy a tu casa a pasar un día o dos... y si viniera de improvisto, me imagino lo que harías tú.
¡Oh! Yo sé que le darías la mejor pieza, el mejor colchón. Y para comer... ¿qué servirías? Por su puesto, ¡lo mejor!Y te preocuparías de demostrarle cuánto honor incomparable, cuánta dicha al servirle, ¡cuánto amor...!
Pero... al verlo venir en la puerta:
- ¿podrías estar esperando con los brazos abiertos a tu huésped celestial?
- ¿O te cambiarías la ropa, para después dejarlo entrar?
- ¿O esconderías tus revistas y pondrías la Biblia en su lugar?
- ¿Apagarías la radio esperando que ¡ojalá tampoco hubiese escuchado tu última palabra!?
- ¿No es verdad?
- ¿Esconderías tus músicas modernas y el himnario tendrías que sacar?
- ¿Podrías dejarlo entrar, entonces, o tendrías que escapar?
- Y si pasara a tu casa... uno o dos días más...
- ¿Podrías seguir haciendo lo que haces con naturalidad?
- ¿Podrías decir lo que dices siempre, sin tener que ruborizarte?
- ¿Seguirías como antes o tendrías que cambiar?
- ¿Podrías seguir conversando junto a tu familia con naturalidad?
- ¿O te sería difícil juntarla en las comidas para orar?
- ¿Cantarías lo que siempre cantas, y leerías lo que acostumbras?
- ¿Y podría saber qué absorbe tu espíritu y tu mentalidad?
- ¿Lo llevarías donde habías pensado ir?
- ¿A cada lugar?
- ¿O tendrías que cambiar tus planes por un día, dos y nada más?
- ¿Te gustaría presentarle a tus "muy amigos", o tendrías que pedirles que no vinieran hasta que Jesús saliera de tu casa?
- ¿No te gustaría que se quedara para siempre?
- ¿O mirarías con gran alivio cuando Jesús se fuere?
Sería interesante, no lo dudo, saber lo que tú harías si Jesús viniera sin aviso previo a visitarte algunas veces.
Louis K. Blanchard
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