De un trabajo recopilado y expuesto por nuestro hermano Luis-hoy de la Vocalía de Comunicaciones. Esperamos un período de multiplicar la perseverancia aumentando los GRUPOS DE AMISTAD en nuestra Diócesis. Colabora formando UN GRUPO NUEVO DE AMIGOS Y CRISTIANOS.
Ahora bien, para lograr todo esto, la Reunión de Grupo deberá cumplir estrictamente con cuatro condiciones, conocidas como la “regla de las cuatro eses”
a) SERIEDAD: La seriedad no significa severidad ni rigidez. Significa sencillamente que asumimos una actitud seria hacia el valor y la utilidad de lo que se realiza en la Reunión de Grupo, con el gozo espontáneo que debe caracterizar siempre nuestra personalidad cristiana.
b) SINCERIDAD: Sin sinceridad no hay confianza. Su defecto impide la cordialidad y el desarrollo de la amistad. Esto conduce a la artificialidad y a la hipocresía y, eventualmente a la disolución del Grupo. Los frutos de la sinceridad que deben prevalecer son: la confianza, la honestidad y el respeto mutuo.
c) SIGILO: El clima de la Reunión de Grupo debe ser siempre un clima de intimidad y confianza y, por tanto, de reserva y sigilo. La reunión debe realizarse en las circunstancias propias de la cordialidad, del espíritu de caridad y del entusiasmo apostólico.
d) SECUENCIA: La constancia y la perseverancia en la asistencia a la reunión periódica - normalmente semanal - siempre ha demostrado que es un factor de permanencia; la secuencia es una condición irreemplazable para mantener el Grupo y su ambiente de amistad y de espiritualidad.
Si la amistad nos une a unos pocos, los valores Cristianos nos abren a todos los demás. El Grupo debe ser, íntimo y abierto, personal y eclesial, receptor y trasmisor de vida cristiana. Solamente en el compartir por la vía de la amistad se da plenamente la relación interpersonal primaria, en razón de las personas como tales. Por la vía de la amistad se puede compartir todo: lo que se es, lo que se hace y lo que se tiene.
Y en este compartir no somos subordinados ni compañeros, sino protagonistas todos en la misma aventura de vivir lo fundamental cristiano. Solo en el compartir por amistad se logra un compartir: libre, porque yo lo deseo, no se impone; profundo, porque no se queda en lo superfluo, sino que va a lo fundamental, dinámico, vital, estable, frecuente y duradero; por eso es que el compartir entre amigos la vida cristiana es, a la vez, cauce, estimulo y garantía para vivirla.
Los grupos so siguen en formación. Esperamos poder volver a trabajar en nuevos grupos que aseguren la perseverancia. Es un tiempo para el espíritu, para revisar la maquinaria disponible. Mejorar, corregir, arreglar, limar, pintar, reponer y prestar un mejor servicio. El trabajo es grande. Quienes viven un grupo de amigos saben lo necesario que tienen. Cuenta tu testimonio.
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