También mi cursillo me ha servido para
hacer palancas. Entrenarme en el servicio de la “retaguardia orante” con mis sacrificios,
la vitamina “r” las rodillas. También para ser paciente y esperanzado. Saber
con certeza que es necesario aportar mi cuota de sacrificio, dedicación y entrega
para este cuerpo místico al que pertenecemos en el que todos estamos insertos, entregando para lograr de todas maneras los
proyectos imposibles: la conversión de nuestros hermanos y la nuestra que se
logra por pura misericordia de Dios.
Mi hermana, de profesión enfermera, continuamente
me llamaba para encomendar mi oración por la enfermedad de su hijo, quien tiene
unos complicados nódulos que cada cierto tiempo le provocan graves dificultades
La cosa es que trabajando en la oficina
me llama y me pide: ya, ponte a rezar
ahora mismo porque el examen de tu sobrino no es nada alentador. Detengo mi
trabajo, dejo mi escritorio y me voy al
fondo de la oficina, a la sala de materiales y me pongo en oración ferviente y
comprometida, hincado-es que cuando no tenemos nada es que tenemos la fuerza de la
oración. Ahora recuerdo y sonrío, la verdad es que nunca me sorprendieron en
aquella tarea que habría provocado mas de una carcajada: un tipo hincado
concentrado en una palanca mañanera.Pero la eficacia de la oración es verdaderamente notable, gracias a Dios. Ahora, querido hermano, que puedes contar acerca de: ¿para qué sirve vivir un cursillo de cristiandad?, cuenta!
con abrazos y colores
CICO Y CHOCHE
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