¿Qué es la Mentalidad?
Es el conjunto de
criterios, convicciones, actitudes vitales y opciones pastorales que, ante las
circunstancias que provocan unas necesidades históricas, impulsan el nacimiento
de una obra y configuran su identidad.
Es la clave
explicativa del MCC. Responde al por qué somos lo que somos y al por qué
hacemos lo que hacemos. La Mentalidad es, pues, la causa de nuestros
orígenes.
¿Cómo es la Mentalidad?
La Mentalidad es
creativa y liberadora; y, por eso, engendra criterios y no normas. Porque
el criterio libera, mientras que la norma, si bien encauza, puede restringir o
anquilosar; y entonces se pierde la Mentalidad, o se desvía de la finalidad.
¿Cuál es el punto de
partida?
Todo lo que es vida
tiene historia; y toda historia tiene su por qué. El MCC es lo que es y
no puede ser otra cosa. Es decir, tratemos de conocer su porqué
histórico, su historia entendida como exposición de aquellos criterios,
convicciones, actitudes vitales y opciones pastorales, que en su tiempo dieron
origen al MCC.
La historia planteó
unos problemas; y el intento de solución de esos problemas, unas
opciones. Un grupo de personas compartieron una misma Mentalidad que,
convertida en vida, originó un movimiento que, poco a poco, trató de
encaminarse (método), de orientarse (finalidad) y de definirse (esencia), dando
origen a una respuesta propia y original, para la solución de esos problemas.
¿Cuáles eran esos
problemas?
La realidad, tal cual
este grupo de iniciadores la vieron en aquel momento, era la de un mundo de
espaldas a Dios, a Cristo y a la Iglesia... Tenían la persuasión íntima de que
la vida había dejado de ser cristiana, porque la influencia del cristianismo en
la vida era prácticamente nula, incluso en sectores llamados católicos.
¿Qué se proponía cómo
solución?
Ante un cristianismo
que no influía en la vida, pensaron que se imponía:
- Un cristianismo concebido como vida.
- La vivencia de lo fundamental cristiano.
- Una acción intramundana y no sólo eclesial.
- No unos nuevos compromisos, sino una nueva actitud cristiana en lo temporal.
- No un hacer cristiano, sino un ser cristiano, porque cuando se es, se hace.
- Un cristianismo concebido como vida.
- La vivencia de lo fundamental cristiano.
- Una acción intramundana y no sólo eclesial.
- No unos nuevos compromisos, sino una nueva actitud cristiana en lo temporal.
- No un hacer cristiano, sino un ser cristiano, porque cuando se es, se hace.
La solución
consistiría en dar una síntesis del cristianismo auténtico, pero no de enseñar
más conceptos, sino de presentar las mayores realidades de Dios, que colmaran
las aspiraciones de los hombres.
¿Cuál fue la
estrategia?
La estrategia fue
transformar en cristiano a aquellos hombres que hacían o manejaban las
estructuras ya existentes; vertebrar cristianos capaces de vertebrar en
cristiano un mundo que ya estaba estructurado.
El MCC optó por:
- Estudio de los ambientes.
- Pastoral de los ambientes.
- Selección de candidatos.
- Conocimiento previo y profundo de las personas.
- Estudio de los ambientes.
- Pastoral de los ambientes.
- Selección de candidatos.
- Conocimiento previo y profundo de las personas.
¿Cuál es la realidad
actual?
La historia inicial es
un punto de partida. El MCC es un movimiento que da respuestas eficaces
al momento en que se vive.
Hoy, la realidad
religiosa de cada hombre está condicionada y/o posibilitada por un marco
socio-cultural, realidad circundante, que influye y orienta a las personas en
su manera de pensar y de actuar. Esta realidad influye también sobre la Iglesia
misma.
Se trata, pues, de que
el MCC lea, con mirada evangélica, el ''cada hoy'' de la historia, realidad que
será siempre diferente, y que recuerde que lo que se busca es conocer y
evangelizar al hombre concreto de hoy.
¿Cuáles son las
características de nuestro hoy?
Nuestro hoy está
marcado por una característica definitiva: un cambio general, acelerado y
profundo. En consecuencia, es tiempo
esencialmente
transitorio y provisional. Por tanto, su lectura no se puede convertir en
punto de partida definitivo, ni admite generalizaciones indebidas.
Este nuevo milenio nos
trae a un hombre y a una sociedad en transición. Una sociedad
científico-técnica, con amplio crecimiento demográfico y de gran movilidad
social y geográfica, que origina una profunda transformación y crea una cultura
nueva, interdependiente, que es necesario evangelizar. Este hecho crea
retos, es decir, circunstancias ricas en desafíos y en posibilidades nuevas.
¿Cómo está enmarcada
la sociedad actual?
La sociedad actual
está enmarcada por una ambivalencia dialéctica, donde coexisten el bien y el
mal; la opulencia y la miseria; una sociedad globalizada que avanza a grandes
pasos, y pedazos de humanidad en verdadero atraso... La persona es exaltada y
humillada a la vez; la paz es más anhelada que nunca; y el mundo está marcado
por el más alto grado de conflictividad.
Hay un divorcio entre
el Evangelio y la cultura de hoy; entre la fe y la historia. Ese es el
mayor drama de nuestro tiempo. Vivimos una cultura insolidaria, que,
además, es una cultura materialista, secularista, agnóstica, economicista y
hedonista, la cultura del tener, del placer y del poder, que legitima y
mantiene las estructuras de pecado.
¿Cuál es el reto que
tiene el MCC?
Ante una realidad tan
compleja y dinámica, el MCC tiene como exigencia y urgencia fundamental,
el discernimiento de los signos de los tiempos, a la luz del Evangelio, para
descifrar en ellos las expresiones, teorías y prácticas incluidas en esas
aspiraciones de los hombres.
Se impone la tarea de
evangelizar la cultura y las culturas del hombre, no a manera de barniz, sino
en profundidad, en los puntos focales donde se encuentra el mundo y la fe, y
donde se rompe o se reconstruye su comunión. A esto llamamos Pastoral
Ambiental
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