De javier Leoz -esta meditación que nos regala este fin de semana |
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TÚ, SEÑOR, ERES EL POZO DE AGUA VIVA
Soy
caminante en busca de lo alto
y
por ello tengo sed, no tanto de beber,
cuanto
de llegar a Dios.
¡TÚ,
SEÑOR, ERES EL POZO DE AGUA VIVA!
Mi
camino, cansado y abatido,
son
pasos que conducen hacia alguien:
¿Estarás
al final, Jesús?
Mi
camino, sabiendo que Tú esperas,
sé
que será sendero que conducirá
entre
pruebas y llantos
alegrías
y penas, al pozo de la amistad
¡TÚ,
SEÑOR, ERES EL POZO DE AGUA VIVA!
Sentarme
junto a Ti, Señor,
es
contemplar la grandeza y la pobreza de mi vida
es
entender que, Tú, como nadie
pones
sobre la mesa aquello que , de mi vida,
muy
poco o nada, me interesa pregonar ni ver.
¡TÚ,
SEÑOR, ERES EL POZO DE AGUA VIVA!
¿Cómo
me darás de ese agua viva?
¿Cómo
la sacarás, Señor?
¿Dónde
tienes un cántaro?
¡Ah!
¡Ya lo sé, Señor!
Yo
soy el vaso y el cántaro
con
los cuales sacarás, para mí y para los demás,
el
agua viva que brota a chorros
de
la fuente de tu costado.
¡TÚ,
SEÑOR, ERES EL POZO DEL AGUA VIVA!
Entra,
Señor, en el pozo de mi alma:
es
hondo, como el de la Samaritana
con
fragilidades, como la vida de la Samaritana
con
sed de agua limpia, como la de la Samaritana
con
sed de Dios, como la de la Samaritana
Entra,
Señor, en el pozo de mi alma
Y
que, como la Samaritana, pueda decir también
He
estado con Jesús…y sabe todo lo que he hecho. Amén.
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