viernes, 28 de febrero de 2014

* -MILTON: mi mejor negocio------------------59






aquel dia me encargaron ir a pagar la cuenta del teléfono, parecía que había un recargo sin explicación y debía averiguar y por supuesto reclamar.
Al regreso Tere me consulta....y que dijeron? Te hicieron la rebaja?- nada!- pero, ése era el objetivo de ir allá.....no sirvió de nada.
Enojado, me voy a descansar un poco cuando llegan en ese momento al negocio Juanita, una amiga profesora y una religiosa : “venimos a invitarles a un cursillo, se realiza pronto y ustedes dos han sido elegidos para vivir esta experiencia, no se arrepentirán nunca”.
bueno, como estábamos enojados y él se había retirado bravo a descansar, nada mejor que pasen ahora y aprovechen que está tranquilo y hagan la invitación con confianza, pasen, adelante, Milton: te buscan!.

Tengo que dejar la pequeña siesta de lado y atenderlas no más. Por supuesto ante inesperadas visitas e invitación solo pude decir: “bueno”, (a esa hora me pillaron volando bajo) pero creo que sería algo hermoso que valía la pena vivirla (cosa curiosa....como que faltaban algunos varones para la actividad y podíamos aprovechar el cupo disponible.....que raro.....¿ no ?)
vayan hermanos queridos al retiro por el fin de semana (tenía mis fundados reparos...eran los mejores días para el negocio y tres dias.....¿no es como mucho? )
-ustedes amigos completan los requisitos sin duda, vayan!.
Pero, ¿de que se trata?.
-Solo tienen que vivirlo! No se preocupen y confíen.

Como que me entró la tentación de fallar para dedicarme al trabajo pero Tere me acota de inmediato:
Diste la palabra, todo está listo aquí tienes la maleta con una sorpresa....no vas solo....te acompaña el hijo, Eduardo. Ambos aprovecharán de conocer de que se trata todo esto y a mi me toca la semana que viene.

Llegamos al lugar en buen número y de a poco empezamos a descubrir una cosa tras otra, entre nosotros varios talentos:uno bueno para dirigir, otro dibujar, también cantar, rezar, y...todos.....comer! De a poco nos fuimos conociendo.
Recuerdo aún la campana talan! Talan! Nos despertaban diariamente con insistencia. Fueron muchas cosas y recuerdo algo que esa noche llegó la correspondencia y las sorpresas que jamás imaginé, menos olvidaré.
Empezamos a trabajar este hombre viejo; yo, la verdad, no tenía piedad con mis clientes y empecé a darme cuenta que tenía que ponerme en los zapatos del otro. Tenía que aprender a descubrir y entender a mis vecinos y amigos.
Sólo sabía exigir, tenía siempre la razón,  no quería entender los problemas de ellos.
También que era clave estudiar, entender, comprender.
Si era autosuficiente, lo reconocí -que me importa si llueve o no----si producen o no en el campo.... tienen que pagar el crédito no más.
Y así era yo, yo, yo- si no trabajo....nadie me ayuda.
Curiosamente. Y ahora hago el recuerdo, recuerdo a mi hermano menor que se acercó a felicitarme:
¡Ñaño! Felicidades....haz dado el primer paso. Quiero hacer lo que tu empezastes.
Sentía que me tenía como modelo (pero de qué? Uno lo intenta ser mejor siempre). Con él me dí cuenta que no siempre valoramos lo que tenemos y fallamos en renegar casi siempre con muchos de los que nos rodean.
Mi hermano muere a los 50 años de un derrame cerebral sin vivir esta maravilla que nos hace sentirnos felices y satisfechos, también todos iguales, un mismo sentir un mismo esperar y vivir la fe sin fronteras.

Hice, sin querer, el mejor de los negocios, una inversión de tres pequeños dias que me durará toda la vida.

de colores hermanos” FEBRERO 2014
MILTON, MCC LATACUNGA, COTOPAXI- ECUADOR



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