aquel
dia me encargaron ir a pagar la cuenta del teléfono, parecía que
había un recargo sin explicación y debía averiguar y por supuesto
reclamar.
Al
regreso Tere me consulta....y que dijeron? Te hicieron la rebaja?-
nada!- pero, ése era el objetivo de ir allá.....no sirvió de nada.
Enojado,
me voy a descansar un poco cuando llegan en ese momento al negocio
Juanita, una amiga profesora y una religiosa : “venimos a
invitarles a un cursillo, se realiza pronto y ustedes dos han sido
elegidos para vivir esta experiencia, no se arrepentirán nunca”.
bueno,
como estábamos enojados y él se había retirado bravo a descansar,
nada mejor que pasen ahora y aprovechen que está tranquilo y hagan
la invitación con confianza, pasen, adelante, Milton: te buscan!.
Tengo
que dejar la pequeña siesta de lado y atenderlas no más. Por
supuesto ante inesperadas visitas e invitación solo pude decir:
“bueno”, (a esa hora me pillaron volando bajo) pero creo que
sería algo hermoso que valía la pena vivirla (cosa curiosa....como
que faltaban algunos varones para la actividad y podíamos aprovechar
el cupo disponible.....que raro.....¿ no ?)
vayan
hermanos queridos al retiro por el fin de semana (tenía mis fundados
reparos...eran los mejores días para el negocio y tres dias.....¿no
es como mucho? )
-ustedes
amigos completan los requisitos sin duda, vayan!.
Pero,
¿de que se trata?.
-Solo
tienen que vivirlo! No se preocupen y confíen.
Como
que me entró la tentación de fallar para dedicarme al trabajo pero
Tere me acota de inmediato:
Diste
la palabra, todo está listo aquí tienes la maleta con una
sorpresa....no vas solo....te acompaña el hijo, Eduardo. Ambos
aprovecharán de conocer de que se trata todo esto y a mi me toca la
semana que viene.
Llegamos
al lugar en buen número y de a poco empezamos a descubrir una cosa
tras otra, entre nosotros varios talentos:uno bueno para dirigir,
otro dibujar, también cantar, rezar, y...todos.....comer! De a poco
nos fuimos conociendo.
Recuerdo
aún la campana talan! Talan! Nos despertaban diariamente con
insistencia. Fueron muchas cosas y recuerdo algo que esa noche llegó
la correspondencia y las sorpresas que jamás imaginé, menos
olvidaré.
Empezamos
a trabajar este hombre viejo; yo, la verdad, no tenía piedad con mis
clientes y empecé a darme cuenta que tenía que ponerme en los
zapatos del otro. Tenía que aprender a descubrir y entender a mis
vecinos y amigos.
Sólo
sabía exigir, tenía siempre la razón, no quería entender los
problemas de ellos.
También
que era clave estudiar, entender, comprender.
Si
era autosuficiente, lo reconocí -que me importa si llueve o no----si
producen o no en el campo.... tienen que pagar el crédito no más.
Y
así era yo, yo, yo- si no trabajo....nadie me ayuda.
Curiosamente.
Y ahora hago el recuerdo, recuerdo a mi hermano menor que se acercó
a felicitarme:
¡Ñaño!
Felicidades....haz dado el primer paso. Quiero hacer lo que tu
empezastes.
Sentía
que me tenía como modelo (pero de qué? Uno lo intenta ser mejor
siempre). Con él me dí cuenta que no siempre valoramos lo que
tenemos y fallamos en renegar casi siempre con muchos de los que nos
rodean.
Mi
hermano muere a los 50 años de un derrame cerebral sin vivir esta
maravilla que nos hace sentirnos felices y satisfechos, también
todos iguales, un mismo sentir un mismo esperar y vivir la fe sin
fronteras.
Hice,
sin querer, el mejor de los negocios, una inversión de tres pequeños
dias que me durará toda la vida.
“de
colores hermanos” FEBRERO 2014
MILTON,
MCC LATACUNGA, COTOPAXI- ECUADOR
No hay comentarios:
Publicar un comentario