Teníamos
nuestra vida definida, los hijos grandes, nuestra actividad
consolidada, tranquilos pero la verdad es que “algo nos faltaba”.
Quizás sería la oportunidad y contacto que nuestra hija se puso a
pololear con serias intenciones y conociendo a los futuros consuegros
nos empezaron a conversar de algo novedoso, prometedor y que llenaría
nuestras necesidades del espíritu. Nosotros apenas con la misa
dominical no nos involucrábamos seriamente solo algunas cosas
esporádicas, una procesión pero....intermitente, sin ganas ni
compromisos y esto podrá ser grande pero nunca tanto....
viví
el cursillo como algo que excedía todas mis espectativas me dí
cuenta que era algo grande, serio, “cototudo” muy elaborado! Tan
amorosamente preparado, era un mundo nuevo, no sabía por donde
empezar, entonces lo hice por el comienzo, por la lectura de la
Biblia y seguí paso a paso siendo sorprendida muchas veces ya que
empezaba sin mucho convencimiento: esto es como mucho, bien hecho,
con mucha dedicación y testimonios- así entre todos paso a paso y
aprender y entender juntos fuimos descubriendo esta maravilla- fue
novedoso-----que nos hace muy bien como familia unida por otro lazo
fuerte e importante.
Recuerdo
la oportunidad del bautizo de nuestro nieto, aquel día el sacerdote
se dió todo el tiempo del mundo para que quedara clarísimo este
sacramento y Mateo de tres años aún lo recuerda : el cura
preguntaba y nadie respondía, nadie cachaba nada.... se pasaron! Ya
en casa repasamos todos desde la bisabuela, mamá, hija, nietas
revisamos mis apuntes de mi retiro y nos evangelizamos juntos- algo
que gracias a cursillos descubrí que puedo seguir enriqueciéndome
cada dia y no solita sino mejor acompañada.
Hoy,
no puedo olvidar a mi querida hermana Sonia de Tonelli, con su
talento y gracia tan especial que me marcó, increíble, aunque pasan
los años a mi me saluda cada dia de mi cumpleaños en cada
oportunidad algo que yo debería ciertamente hacer con mis hermanos,
es rico que te te feliciten un dia especial para ti.
he
decubierto, como tanto me gusta la pintura, que cada uno con su forma
de ser y actuar es como un color y la combinación de todos es
posible hacer algo novedoso, hermoso, a los ojos del Señor. Vamos
pues, sigamos perseverando en este cuarto día con mi esposo, hijos,
los de mi grupo de amistad y los hermanos de Rancagua para
juntos ojalá llegar algún dia a la vida verdadera y prometida:
siempre junto al Creador.
De
muchos colores
CONSUELO,
RANCAGUA
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