El trabajo es lo que más dignifica a una persona, porque con sus manos y su intelecto puede hacer cosas u oficios que permitirán llevar el pan de cada día a su familia. Cuando lo tenemos debemos agradecer por el regalo que Dios, a través de la Providencia Divina, nos ha otorgado para que realicemos de la manera más honesta y honrada posible. Cuando no tenemos trabajo,
debemos pedir ayuda, desde un corazón sincero y humilde, a Dios para
que interceda por nosotros y nos ayude a conseguir uno que permita
sustentarnos diariamente.
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jueves, 1 de junio de 2017
-Gracias por el trabajo diario...
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