Llegaba el
quince de Junio a las puertas del invierno y parecía que teníamos todo en
contra: estaba anunciado un temporal furioso de lluvias, jugaba Chile en la
Copa Confederaciones, tres sacerdotes no pudieron asistir a la jornada, y se celebraba el
Día del Padre y el papá no estaría, sin embargo partimos con mucha ilusión y
empeño. Recibimos sólo en tres días toneladas de alegría, esperanza y lluvia de
gracia. No podía ser mejor en nuestros tiempos cuando hoy queremos lo fácil,
placentero y que no nos complique la vida sino que la pasemos bien o muy bien
pero el espíritu lo echamos al olvido por eso es que quedamos muy felices ya
que vivimos algo grande, increíble y hermoso,
con esta joya de gran valor que nos acompañará sin duda alguna para todos los
días que han de venir en el resto de la vida: el “cuarto día”, será -no sabemos
corto, mediano, largo solo el Señor lo sabe pero lo que sea será junto al mejor
de los amigos, ¿verdad hermanitos?. Es que ahora todo me será distinto es que
“Cristo cuenta contigo y yo con su gracia”, que debo ser luz y sal en mis
ambientes, que no estamos solos que nos apoyamos unos con otros en este Pueblo
de Dios y que esperamos ciertamente a la vida verdadera. Te recibimos con un
fuerte abrazo y agradecemos a la retaguardia orante que nos dieron las fuerzas
con esta vitamina “r” perseverante, animada y siempre confiada.
Tus hermanos
del Cursillo Nº46 DEL 15 AL 18 JUNIO 2017-“DE COLORES”
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