Hace una semana tenía muchas
dudas y miedos pero tenía una invitación a vivir una experiencia novedosa
y ya nos encontrábamos en la puerta, había pues que ingresar para comenzar, así
“en vivo y en directo” así “despacito” y confiado. Y así empezamos de a poco
como jugando sintiendo la fuerza tremenda de la gracia (que nadie me podrá contar ya que es mi
propia experiencia) sacarle jugo al
trabajo en equipo, en grupo, aportando cada uno lo mejor de sí eso que son los
talentos recibidos, que todos somos uno ya que somos iglesia y vamos juntos
como hermanos.
Pensaba hace una semana que
sería un retiro más, nunca entendería si
no lo viviera esto de la retaguardia orante, de los preocupados que estaban los
hermanos que oraban sin cesar para que todo saliera como tenía que hacerlo, que
diligentemente trabajaban esta “vitamina r” y que la gracia alcanzara a todos
los participantes aquellos que eran los instrumentos en sus delicadas y
amorosas manos. Todos fuimos unidos pata lograr con el trípode de la esperanza
armar la vida propia después de los tres días y llegar al resto de tu vida: el
cuarto.
Todos recibimos la gracia, la unidad, la
esperanza y las novedades sin cesar. Si fue sospechosamente novedosa también
inesperado y de un enriquecimiento personal del que solo hoy- a una semana tan
solo- vuelvo a darle gracias al Señor de la Bondad y Misericordia.
Muy agradecido
Santiago W.
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