miércoles, 10 de abril de 2013

* MCC en Chile- 33------ Zoemia

La Iglesia de Nuestra Señora del Rosario- en Litueche 2013. Párroco: P. Jorge Iván, con muchos saludos.

¿Le gustaría a usted vivir un Cursillo de Cristiandad?

La verdad que no me sorprendió; era como una consecuencia lógica de atender a mis dos pensionistas que tenía en casa y que hablaban y oraban cada día con tantas ganas y entusiasmo así nos íbamos conociendo a pausas y trabajo; entonces mi respuesta fué instantánea y sin miedo ni preocupación:
claro que voy...¿cuándo partimos?
Bueno cuando fuí ya estaba enferma de mi vista pero igual acudía con todo el espíritu. Provenía de una familia católica. Mi madre-que en paz descanse ya más de veinte años, tenía familiar sacerdote por partida doble.
La invitación no me complicó en lo más mínimo, acepté de inmediato viendo a estos cursillistas que ya compartíamos el rosario del atarceder cada día.
Fué una hermosa llamada, la viví muy bien y era justo lo que me faltaba para descubrir y acrecentar mi fé. Me llegó profundamente y he seguido a Dios gracias practicándola cada día junto a la esperanza ya que una sin el Padre de los Cielos es nada.
Cuando me veo débil o disminuida por las cosas que suceden en esta vida, acudo a mi rosario, recurro a esta preciada y querida oración que me hace sentir otra pues carga mis baterías de fuerza y entusiasmo.
Por todo ello es que soy feliz y vivir esta experiencia de Dios me hizo muy bien.me doy cuenta que es un proceso que poco a poco uno va comprendiendo, que se desarolla en el tiempo, día a día.
Momentos de dificultades- ya lo sé, me retiro a mi pieza y en la tranquilidad puedo lograr la oración confiada con gran profundidad, me llega la paz y siento que se me solucionan mis dudas.
De los que recuerdo con cariño es al padre Alejandro con su humor y alegría me ayudó mucho. Mi vida gracias a Dios y a esta saludable instancia ha sido distinta: liquidé mi sentimiento de rabia y no guardo odio ni venganza; es que somos todos hijos del mismo Padre y por tanto hermanos en Cristo Jesús Resucitado, y no hay riqueza más preciada.
Soy una agradecida del Señor nuestro amoroso Padre.

Nunca sabremos como se desarollan los caminos del Señor.ni los imaginamos. Recuerdo cuando nuestras rutas se cruzaron-la encontré con una mezcla rara de trabajo, pena y recuerdo. Todavía reflejaba la
pena la aflicción por la pérdida de su madre quien sufrió por varios años-compartiendo, conviviendo en su pensión y con la oración en ristre alcanzamos a descubrirla como nuestra hermana que necesitaba reencontrarse con el Señor. Con entusiasmo y alegría la hicimos partícipe de esta actividad de cursillo y los tres: Eduardo, Zoemia y yo, logramos conocernos más, entendernos mejor y seguir al Señor de la vida. Su entusiasmo se hizo evidente en cada oportunidad que se hacía un nuevo cursillo para otros hermanos,no fallaba ya que aportaba su palanca,su sentida y permanente oración confiada para que nuevas personas descubrieran también esta maravilla que produce cambios en la vida siempre para mejor llenándola de todos los colores del arcoiris.
Agradecer una vez más al Patrón por este testimonio de cariño y sencillez.



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