sábado, 16 de febrero de 2013

*MCC EN CHILE: 44--------- "AHH EL CORAZÓN POS MIJA" ..



"EL REINO DE DIOS ESTÁ DENTRO DE NOSOTROS MISMOS. LA HISTORIA DEL CRISTIANISMO QUIZÁ SEA LA TERQUEDAD DE UBICARLO EN OTRA PARTE".
Eduardo Bonnín

A los 81 años, y víctima de un ataque cardíaco, falleció ayer domingo 17 ABRIL 2011-el padre Renato Guerra Larraín, quien fuera por muchos años párroco de la localidad de Guacarhue y de Pichilemu, en la Diócesis de Rancagua.
Aunque el “padre Jorge”, como lo llamaban allí por su origen capuchino, se había retirado hace varios años por razones de edad, era un sacerdote muy querido para la comunidad local.
Su misa de funeral se celebrará hoy, a las 15:00 horas, en la parroquia San Antonio de Padua, de los padres capuchinos, ubicada en Catedral 2345, Santiago. 
 
La noticia nos apenó de sobremanera pues llegó de improviso.
Lo sentimos enormemente pero dijimos de inmediato: sufrió poco ahora, no cabe duda, ya está en la gloria: nunca más dolor, penas ni preocupaciones, por fín la vida plena!.
Nosotros, tuvimos la suerte de compartir muchos años de trabajo, de llevar adelante varios encuentros y proyectos, lo recuerdo siempre maravillándose de este camino de iglesia que intentaba perseverar llenando de colores todas las gentes,todos los dias.Recorría los lugares invitando siempre a descubrir la maravilla del cambio de vida.
Éramos integrantes del secretariado diocesano y quisimos viajar a su despedida; nos organizamos con Anita, Tina, Samuel y nosotros, fuimos a la capital a los capuchinos donde estaban sus restos. No había donde estacionar de modo que nos arreglamos en el interior y fuimos a presentar nuestros respetos. Nos encontramos con sus fieles y hermanos de colores de Pichilemu, Guacarhue y otros lugares-todos juntos para el último adiós. Llegamos a un salón y allá adelante había un féretro y algunas personas silenciosas, juntas. Me acerco pero no ubico a ninguno de los presentes y al mirar el cajón me sorprendo y me retiro de inmediato en forma silenciosa, pero de improviso veo a Carmen y Anita acercarse conternadas a la última mirada. Miran muy sorprendida y dicen “por Dios” ¡que tremendo! quedó irreconocible!, Anita, atina a decir de inmediato “el corazón pos mija”, si quedan desfigurados Señor mío, de verdad, casi no se parece- observan embobadas y apenadas- cuando descubren una fotografía en el ataúd de un tipo sonriente junto a un perro enorme-típico retrato del campo: chitas, es otro el muerto! Y se arrancan de la escena mientras todos mirándolas esperábamos sus comentarios; llegan coloradas y sonriendo: chitas.........nos cambiaron al padre Renato!
Regresando a Rancagua al final de la ceremonia, viajábamos contentos, nos quedaba el dulce recuerdo de la sonrisa peremne del padre Renato como último gracioso recuerdo para que lo tuviéramos presentes con una cara alegre y el corazón bien dispuesto.
No estén tristes. Es un cambio importante partir al quinto día, el verdadero, por lo que todos trabajamos ahora y siempre. Que sepamos apreciar el testimonio de nuestro hermano y su trabajo entre tantos hermanos del movimiento donde sembró con la esperanza puesta en el Señor.
Gracias Padre querido por habernos regalado alguien tan cariñoso y entregado. Renatito, descansa en paz “de colores”.

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