Llegaron
del centro y del sur, se encaramaron en aviones y lanchas, otros en
trenes y automóviles, del Norte y los extremos, todos con un sólo
propósito: acudir al llamado. En las maletas traían saludos e
ilusiones. Se fueron cargados de más y con regalos de la tierra
maulina. El piso con la escarcha de Vilches, propició esta
fotografía bien abrigados.En alguna habitación no alcanzó el agua
caliente pero, que importó, los corazones estaban ardiendo de a poco
mientras se desarrollaban los temas y los trabajos de decurias y
compartíamos la Eucaristía y el reconfortante y conversado
café.Veníamos asustados por el frío, nos fuimos transpirando con
aquella misa al aire libre.
Gracias
a Dios por el encuentro; ustedes son los brazos, las manos del Señor-
no olvidar algo tan cierto.¿te acuerdas? Algo de nuestro querido
Asesor Diocesano en su quinto dia.
A
pesar de agoreros- que nunca faltan-, ofrecemos nuestra greda
personal- buena, mala, regular- para que el Señor produzca algo que
pueda servir a los demás, .Quedamos a la espectativa: los cincuenta
se acercan e iremos al sur a celebrarlo.porque ustedes lo han pedido.
“Sueña”
sin despertar, este sueño se hará realidad, no tengas temor, que
Cristo te guiará”
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