mcc- * Vivencia de mi CursilloJorge de -RANCAGUA





VIVENCIA DE MI CURSILLO RANCAGUA:
JORGE CONTRERAS MORENO -1994

Hace algún tiempo, el año 1994, alguien “con mucho cariño y amor” me convenció de vivir la experiencia de un cursillo de cristiandad.
 No sé si mucho o poco se habrá escrito al respecto pero, les quiero contar con toda sinceridad que mi Cursillo me transformó, porque en el desarrollo de mi vida, descubrí que Satanás, nunca me dejaría tranquilo al darle la espalda definitivamente al vivir un tiempo de gracia como el nombrado.

Recuerdo que a los 17 años descubrí la aventura del futbol que me alegró mi vida, ello junto a la alegría de bailar con muchas ganas e interés, lo que redundó en un buen grupo de amistades, muchas de dudosa reputación y calidad.
Allí empezó la historia de la “caída al frasco”, en el que me hundí por largo tiempo. Es increíble como todos los factores inciden en que uno continúe “cuesta abajo en la rodada” , son las amistades, que nunca entienden que existen varias formas para celebrar aparte del consabido saludo con “vaso y salud”  y comienzan los problemas del trabajo, el jefe, la familia, la esposa, los hijos, los vecinos; es una enfermedad especial, del cerebro, porque no tienes solución. Si fuera otro tipo, podrías hacerte un trasplante, pero ¿ cómo lograr cambiar la cabeza ?
Yo no sé si el alcohol es bueno o malo ahora, pero para mí fue “extraordinario” porque de una u otra forma, me acercó de verdad al Señor, y desde allí ya no me solté nunca más , si a veces le aprieto tanto los dedos a Jesús amigo, que tengo los dedos morados, y no me separo de Él.
En la vida hay numerosos momentos hermosos que bien vale la pena vivirlos: estudiar, aprender, trabajar, matrimonio, primer hijo, primer nieto y varios momentos ricos, pero les cuento que lo mejor que me a sucedió a mí en la vida, fue vivir un cursillo. 
Queridos hermanos; Cursillos me transformó porque me llenó de lo que me faltaba: amor!
La verdad es que no he podido participar en las Escuelas y Ultreyas, pero los tengo en mi corazón y en la oración. Lo que sí quiero contarles que con la llegada de la primavera, apareceré en la querida salita de la Iglesia de la Merced, donde cada miércoles cobija a mis hermanos para aprender y perseverar en este cuarto día.

Yo no quería contarles de mi edad, porque cumplí la friolera de los 77 años, recién operado de cataratas, estoy muy repuesto, casi “ como nuevo y enchulado”. Aprendí que siempre hay que prodigar una sonrisa….cuesta tan poco! - ( yo me llevo unos dulcecitos en la cartera y saludo a todos por su nombre - los trato con cariño : Martita! ¿ Como está usted y familia ? -Me miran y se acuerdan - ahh don Jorge-y contestan :  muy bien!, usted me dio unos dulces la otra vez! y vuelve a sonreír,(¿ como no va ser agradable que te conozcan, estimen y atiendan con una sonrisa ?) es….. ¡ gratis !
Esto y muchas cosas más, me las dio la posibilidad de vivir en tres días “ de colores “ y para siempre. Gracias Señor ¡



Jorge

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