Emotivo y pleno de recuerdos. El momento de compartir con la familia que estaba tranquila con la fortaleza que proporciona la fe y la esperanza. La oración era el mejor regalo de despedida para nuestra hermana de tanto caminar en la senda que lleva al Señor.
Muchos dieron sus retratos, Simpática, alegre, entusiasta. Querendona con esposo, hijos, nietos, biznietos; amable, enamorada del Señor. Con tantas historias que nos enternecieron: "Su mayor alegría era la que podía siempre dar". Trataba con cariño, hábil con el idioma inglés en nuestros viajes. Estudiosa con los temas que le encargaban, con humor y alegría los entregaba. Invitando a Polo y Eduardo, sus hermanos para descubrir el Mcc que tanto le gustaba; quizás a cuántos más entusiasmó por este encuentro de tres días.
Hoy es motivo de despedida. Ahora estará en brazos del Señor que tanto amaba.
Julia querida, descansa en Paz.
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