lunes, 1 de septiembre de 2014

3-----Un café para Jesús

Siempre hay que estar disponibles. Por eso un encuentro de amistad nos ayuda a seguir con ánimo y entusiasmo.-



Se siente el cariño: sino como entender el sabor de esas sopaipillas para la tarde de frio y lluvia o aquella exquisita tortilla de recoldo y palta que llama desesperado un mate caliente, o las galletitas, el arrollado o el pernil o el pan con mantequilla, lo que hay sin exagerar, tampoco aparentar, el encuentro no es un asado sino la alegría de estar juntos.
Como lo mejor?

 Ofrecemos lo que somos y tenemos o como muy bien decía mi madre que ahora está en su quinto día: quiere esto o lo otro? Y respondía….”como sea su cariño” –no exijo nada, lo que sea, está bien si estamos juntos.


Guardo un recuerdo especial de la tia Juana que mostraba una tremenda alegría cuando la visitabas. Una sonrisa tras otra que te hacía sentir extraordinariamente bien: “tomemos un tecito y conversemos un ratito que hacía tiempo que no los veía” y solícita corría a traer la tetera. Allí admiraba un hermoso palto que cargado parecía de virtud producía hermosas y sabrosas paltas que era su orgullo y alegría.
 Al despedirse a cada uno le entregaba un paquetito de ricas paltas para la casa y corroboraba la maravilla que mientras más regalaba su árbol contento más producía. Era una maravilla patente.

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