Creo
que conocí a Dios cuando era niño, demás esta decir, que en las
enseñanzas del “padre Mitili” en don BOSCO ( Gran Avenida
paradero 22- Santiago) me hicieron conocer a Jesús
y sus milagros, estuve muchas veces en la puertas de la Iglesia
entrando y saliendo "como queriendo escaparme del Señor", pero Jesús
me tenía reservado algo especial para mí, y éste es mi relato:
Vivía
en San Fernando, participando en algunas ocasiones de actividades de
la Iglesia, allí felizmente conocí a la hermana Gladys (gozando ya
su quinto día ) ella, representaba al MCC en San Fernando; nos
invitó a mi esposa y a mí a participar de este movimiento, a
lo que nosotros por cortesía y por la amistad que nos unía
aceptamos considerarla sin mayor entusiasmo quizás, pero ella con
tremendo compromiso, su amor a Cristo y deseo de trabajar por él, no
nos olvidó.
Así de pronto aparece un día con la noticia de un cursillo en breve, y si
estaba dispuesto a asistir, a lo que yo contesté que si; Gladys me
indicó la fecha y cuando tenía que ir pero, hábilmente me
escabullí, desaparecí, estuve perdido por toda la fecha en que
según mis datos estaría haciendo este encuentro de fe y alegría.
Tenía
que escaparme de algún modo uno siempre se asusta con lo
desconocido.
Pasaron
esos “conflictivos días” y me sentía liberado del compromiso.
Una tarde invernal, venía caminando mientras una débil lluvia me
mojaba curiosamente, mientras se venía la oscuridad, cuando
sorpresivamente me encuentro de frente con mi buena amiga Gladys, el
saludo es afectuoso pero la disculpa, mentirosa, le conté una
historia de mucho trabajo, de preocupaciones y de otras chivas que ni
recuerdo ahora- y por esta razón no pude asistir, ella me escuchó
tranquilamente mi relato sin inquirir detalles pero, luego me
preguntó si ahora ya estaba desocupado.
Le
contesté que “ahora sí”, pensando que ya me había librado de
ir a ese famoso Cursillo, pero cual sería mi sorpresa cuando Gladys
me comunicó que el Cursillo había sido postergado y que no existía
ningún impedimento para participar y además ella vendría al día
siguiente a hacerme la ficha,sin preocuparse de nada- me sorprendió
la insistencia y rapidez en tomar mis datos para “asegurar un cupo”
según me dijo.
Desde
ese momento comprendí que yo no tenía que escaparme de Gladys, era
Cristo quien me llamaba, pacientemente, continuamente y que perdonaba
mi mentira y me esperaba,
no
podía correrme de nuevo- entonces me decidí y me alegré de vivir
esta tremenda y rica experiencia.
Intenté
escapar de la lluvia de la gracia; felizmente no lo logré y tengo que
agradecerle a mi Señor Jesús, ello me cambió la vida y la de mi
hogar, tengo que contarles amigos que estoy feliz, esta alegría
ciertamente me viene de adentro.
Acá
estoy viviendo este nuevo día, aún con muchas falta de mi persona,
con algunas dificultades, y preocupaciones, pero gracias a tantos
hermanos algo cambió en mí, DIOS está conmigo, y yo con él.
Cuando
llegue tu momento hermano, déjate mojar entero con esta lluvia
liberadora de bienestar y amor.
“de
colores”
Rene
Alejandro Cordova Aravena – MCC SAN FERNANDO
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