Todavía recuerdo cuando llegaron las fichas para el cursillo de mujeres y al revisarlas alguien del equipo dudó de la nueva aspirante: tenía más de 90 años y se preocuparon del intenso trabajo de tres dias ¿sería capaz de enfrentar el retiro tan largo?.
el padrino hizo una simple acotación: ahhh- "no saben con qué chichita se están curando", véanla en acción no más.....
dicho y hecho, la Señora Marina demostró con calidad y calidez su alegría, humor, amor, cercanía, simpleza y dedicación con largueza y generosidad: buena para cantar, "es el coro" de San Francisco", gorgojea con decisión llamando a los hermanos "hasta tus plantas Señor llegamos".....además interpreta toda la gama musical, conoce la liturgia completa, le dicen con humor que "es la sacristana", prepara el altar, ordena las flores, riega y cambia los maceteros (a pesar de su afección del "manguito rotador" ) las velas, los manteles, las lecturas....los fieles....uufff!
Hoy es un tremendo testimonio y ejemplo para todos nosotros por su entrega y sus noventa y cinco años, su mente clara, su increíble vitalidad, su amor por el Señor ("está como tuna" agrega su padrino) y a pesar de sus problemas, enfermedades, dificultades "nunca se queja". En sus años mozos trabajó en la salud lo que ayudó a tener ésa especial sabiduría para "sanarse a sí misma" de muchos problemas, dudas y miedos.
Quiero agregar uno de los "piropos" más lindos que escuché de alguien y que dijo el Padre Arul: " no tengo a nadie como ella en el servicio y dedicación y agrega...ni en la India conocí semejante personaje tan especial".
Gracias Señor por nuestra hermana Marina. Porque es la mejor forma de sentir que se cumple el "que se note....." que nos enseña que para enamorarse de Jesús no importa la edad, sino la entrega y el deseo de amarlo, seguirlo y en un quinto día tenerlo siempre.
¡ "de colores.....siempre hermanos"!
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