Pareciera que hay explosiones, de olores, emociones y de colores, se llenan los desiertos de flores y alegría; y nuestros horizontes y proyectos de nuestros hermanos nos parecen increíbles y nos estimula. ¡Es la fuerza del amor! Es el momento de apoyar, colaborar, porque ellos no están solos, que de atrás juntos en la retaguardia orante colaboran-están los hermanos rogando para que se arreglen los caminos y se logren los sueños y la maravilla del triple encuentro. El éxito apostólico lo construimos y trabajamos entre todos. Es el momento de confiar. Únete junto a tu grupo. Juntos se hace posible la lluvia de la gracia.
¡de colores!
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