* 29 de Julio año 2000- Ultreya Mundial en Roma

La primera Ultreya Mundial se hizo en Roma 1966, la segunda en México 1970 y la tercera con el Jubileo el 29 de Julio 2000 nuevamente en Roma. 150 cursillistas de Chile, 15 de Rancagua viajaron a vivir este encuentro mundial de cursillos. Impresionante la muchedumbre, la alegría de tantos que  abarrotaban los aviones, buses, trenes del metro, calles, iglesias, hoteles a un solo grito: el de colores, la sonrisa y el abrazo afectuoso, sin conocernos, pero alegres de estar en el camino del cuarto día. Recuerdo que en Septiembre 1999 en un encuentro en la Merced Rancagua, nos informaron de la oferta de este viaje e invitaron a inscribirse. El entusiasmo fue sorprendente. De los cincuenta inscritos alcanzaron menos de la mitad. El costo era elevado, incluía recorrer varios países y alcanzar a Israel. Fué una peregrinación increíble, había que tener un magnífico estado físico para  caminar, visitar, misas cada día y cambios de hoteles muy a menudo y muchos viajes . Hoy al cumplir 20 años de esta Ultreya, recuerdo a Roberto Storey, Jorge Contreras, Douglas Castro y Julio Puga que partieron al Quinto día después de vivir un encuentro monumental, y recordamos al resto que perseverando con este encuentro vivieron la ruta de Jesús y siguen su camino. Compartimos la palabra del Papa Juan Pablo II quien nos mostrara que el camino de la santidad es posible cuando haces todo lo que puedas y más.Hoy celebramos 20 años de tan importante e increíble encuentro de colores. Gracias por tanta bondad Señor Jesús, ayúdanos a continuar con tu amistad y gracia. *Caqui 29 Julio 2020*.



 LA VERDADERA FELICIDAD EN EL SEGUIMIENTO DEL SEÑOR.-
   “De colores, de colores se visten los campos en la primavera.  De colores, de colores son los pajaritos que vienen de fuera.  De colores, de colores es el arco iris que vemos lucir...”.
  Durante los días del Cursillo, las palabras de esta canción popular española ayudan a los participantes a reflexionar sobre la belleza multiforme de la creación. Encontrándoos con Cristo, habéis aprendido a mirar con ojos nuevos a las personas y a la naturaleza, a los acontecimientos cotidianos y a la vida en general. Habéis experimentado que la verdadera felicidad se logra en el seguimiento del Señor. Esta experiencia personal y comunitaria debe ser transmitida a los otros.  Muchos hombres y mujeres de nuestro tiempo, que por desgracia se alejan de Dios, esperan de vosotros la luz de la fe que les ayude a redescubrir los colores de la existencia y de la alegría de sentirse amados de Dios.
“¡Ánimo! ¡Ultreya! Adelante, os repite hoy el Sucesor de Pedro. Contemplad a María, ejemplo de fidelidad indefectible a Dios, y, como ella, en todas las circunstancias poned vuestra confianza en Dios, Padre de misericordia, que mantiene vuestros pasos por el camino de la verdad y del amor.
Mi saludo se extiende, con la misma cordialidad, a todos los demás peregrinos que se han dado cita aquí.  En particular, a los de la diócesis de Leiría, Fátima, encabezados por su obispo, el querido Monseñor Serafim.
Queridos hermanos y hermanas, han pasado dos meses desde que tuve la alegría de encontrarme entre vosotros, gozando de vuestra cordial hospitalidad y testimoniando vuestra radiante alegría por la confirmación de la santidad de dos paisanos vuestros: los beatos Francisco y Jacinta Marto.  Hoy  vosotros, representación elegida de esa Iglesia particular, me devolvéis la visita.  Habéis venido a la tumba del Príncipe de los Apóstoles, con espíritu de oración v penitencia, para implorar perdón e indulgencia y renovar vuestra entrega a la obra de divinización de la humanidad que comenzó hace dos mil años con el nacimiento de Dios encarnado.
 Saludo de corazón a toda la diócesis de Leiría, Fátima, deseando que este gran jubileo de la Encarnación sea para todos vosotros el “año de Gracia del Señor” que se hizo realidad con Jesús  y en Jesús (cf. Lc. 4,19-21), a fin de que esperéis confiadamente en la fuerza de su mensaje y de su obra de salvación, améis a todos con amor de donación y también de reparación por la ingratitud de tantas personas con respecto a Dios, y testimoniéis la fe con valentía y coherencia en la sociedad actual.
Que la Virgen Santísima, presente místicamente en vuestros santuarios marianos, entre los que sobresale, por elección de ella, el de Fátima, os acompañe maternalmente en vuestro camino de penitencia y conversión, y os sostenga en la realización de vuestros propósitos para bien de vuestra diócesis y para la salvación del mundo.
Os saludo cordialmente a vosotros, peregrinos de Polonia, que habéis venido a este encuentro.  Os agradezco vuestro compromiso por la nueva evangelización y la construcción de la civilización del amor y la solidaridad en el mundo.  La Iglesia os necesita.  Necesita vuestra actitud cristiana y vuestra santidad, para que se realice en el mundo la gran obra de la salvación.
  Con afecto, os aseguro un constante recuerdo en la oración y os imparto a todos la bendición apostólica, propiciadora de abundantes gracias divinas.

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