REFLEXIÓN DE MONSEÑOR FABIO MARTÍNEZ, ARZOBISPO DE TUXTLA GUTIÉRREZ, PARA EL EVANGELIO DEL "MARTES 7 DE ABRIL 2020 (Jn 13, 21-33. 36-38).
+MARTES DE LA SEMANA SANTA+
La expresión utilizada por Jesús cuando manifestó a sus discípulos:"Uno de ustedes me va a entregar" debió haberle causado un gran dolor.
Esa misma tristeza que debe haber sentido en la cena con los Doce, al señalar la traición de que iba a ser objeto por parte de Judas, es seguramente la tristeza que le causamos muchos de nosotros cuando al igual que Judas, nos alejamos de la luz de Cristo y nos dejamos vencer por la oscuridad, lo que reflejamos cuando no le damos nuestro amor a la familia, ayuda a quien lo necesita, o cuando actuamos con egoísmo ante los problemas que aquejan a quienes están pasando por una situación difícil y no nos ofrecemos a ayudarles; o quizás ante nuestra indiferencia al negarle un abrazo fraterno y solidario a quien en ese momento esa actitud nuestra podría ayudarle.
Algunas otras veces negamos a Jesús como lo hizo Pedro, y al igual que él, externamos expresiones en las que manifestamos que lo amamos y que lo seguiríamos, como cuando quizás alguna vez le hemos dicho: "Cuenta conmigo", y pronto nos olvidamos de ello y nos olvidamos del compromiso de defender los derechos de su Reino.
Hablamos mucho como Pedro y se nos olvida que somos frágiles, que muchas veces hablamos a la ligera, pero no damos testimonio de su amor y de su misericordia.
Es tiempo de hacer un alto en nuestras vidas para dejar la oscuridad y volver al camino de la luz, para que el Señor no nos diga como a Pedro:
《YO TE ASEGURO QUE ANTES DE QUE CANTE EL GALLO ME HABRÁS NEGADO TRES VECES》
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