orar...y agradecer siempre...

El poder de la oración en mi vida ha sido grande y poderoso. No puedo dejar de contar que vivimos una difícil experiencia familiar: un hermano y un sobrino por circunstancias complicadas sufrieron un coma y no tenían ninguna esperanza de recuperación. Para la medicina era imposible pero sabemos que para Dios todo se puede.  Nos organizamos en cadenas de oración  y gracias a Dios nuestros ruegos y peticiones fueron escuchadas. Ellos están de nuevo con nosotros y sólo nos queda agradecer siempre. Debemos tener siempre mucha fe y mucha esperanza, quedamos por siempre agradecidos de nuestro amoroso Padre Dios.
Con cariño
MARIA ANGELICA MUÑOZ CAMPOS
“Acupacar, Rancagua”


Comentarios