-*Mi encuentro personal con Cristo Resucitado / 100

imagenes cristianas jesus mi amigo fiel



Sucedió a inicios del año ochenta: mi tía Bertha, mi ex profesor de escuela  Marle,  y las hermanas Mera llegaron sorpresivamente a mi casa a invitarme a un cursillo. Para entonces yo ni siquiera conocía al Movimiento. Varias veces me negué exponiendo mil pretextos. Me consideraba que siendo un cristiano tibio estaba bien. De repente, en octubre el SEÑOR suavemente me dio  una palmadita y acogí su llamado. No sabía lo que me esperaba: me fui llevando una grabadora (equipo de sonido con casetera) y música de moda. Eran las etapas iniciales del Movimiento en mi Diócesis de Portoviejo, Ecuador y nadie hacía precursillo formal ni se hablaba de los compromisos que se adquirían al ser Cursillista.
La espera, antes del inicio de las actividades, el jueves 31 de octubre de 1980, se hacía larga a pesar de las baladas que sonaban en mi grabadora: mi intención era  abandonar la casa del cursillo, en Rocafuerte, y con un grupo de amigos que se encontraban en igual situación irnos a una fiesta. Marianita y María Eugenia Mera me detenían mientras el mundo me inclinaba a no asistir. 
A las 19h30 empezó el Cursillo y poco a poco fui entregándome al Amor de Dios que se derramaba sobre mí. El Rosario, el Vía Crucis, la píldora  “Todo esto por mí”, el rollo Sacramentos expuesto magistralmente por el Padre Pablo Chicaud, los sabios consejos del Padre Carlos Latorre y  el saber que había una comunidad orando y esforzándose por mí fueron  las herramientas que el Señor utilizó para hacerme ver que a pesar de mi formación en escuela y colegio de jesuitas no había tenido nunca un encuentro personal tan fuerte con nuestro Hermano Mayor Jesucristo. Después supe que mi esposa Alexandra hacía mucha oración y penitencia por mi permanencia “aunque sea durante tres días”. Ella, más que nadie, sabía de mi impaciencia. Cuando regresé a casa, ya hombre nuevo, mis hijos preguntaban “qué me habían hecho para sacarme el diablito que tenía dentro”. Ahh…estos niños!
La amistad desarrollada con mis nuevos hermanos, algunos antiguos amigos y compañeros de docencia, Eugenio, Juan Carlos, Robert, Fidel, y los dirigentes Jorge, Juanito, Onías, Paúl, Héctor, Simón y Pedro fueron un nuevo regalo divino para seguir adelante y perseverar. Tres meses después tuve el privilegio de ser Auxiliar en el siguiente Cursillo, y en los de abril, mayo y julio de 1981 participar como rollista.
En mayo de 1981  llegaron a mi casa los Padres Pablo y Carlitos: “hemos tenido largas jornadas de oración y finalmente el Señor quiere que tú seas el Presidente del MCC en la Diócesis de Portoviejo”! Pero, padres, si yo soy tan niño en el Movimiento, si yo no se casi nada de él…pero me capacitaron y acepté! Con ellos el trabajo era intenso: Cursillos casi cada dos meses, a veces cada mes. Viajes en la extensa área de la Diócesis con 14 zonas donde había presencia de grupos organizados de CursillistaS. Las visitas sorpresa a los hermanos un poco alejados o en problemas, las rudimentarias e iniciales escuelas de formación, el ir a cada cursillo, hablar de la perseverancia en las clausuras, los Cursillos de Compromiso, los Cursillos de Cursillos, la asistencia a eventos nacionales…qué tiempos tan hermosos. Enero 2005: otra vez a presidir el MCC ya más organizado en la Arquidiócesis, y de allí llegar y sin pausa, a la presidencia nacional del Movimiento desde noviembre del 2006 hasta noviembre de 2010. Gracias Alexandra por tu acompañamiento, amor  y paciencia.
En nuestro “cuarto día” que ya se acerca a los treinta y cinco años, son inolvidables las jornadas de catequisis en la cárcel, el llevar niños campesinos a su Primera Comunión, las actividades de evangelización con Eugenio, Florita, Carlos, César, Alexandra y Margarita, así como  los encuentros nacionales e internacionales, el afecto demostrado especialmente por nuestros hermanos indígenas del páramo de la serranía, la distinción otorgada por el Papa San Juan Pablo II, las lágrimas ante el fallecimiento en plena fiesta cursillista de Pedrito, presidente del Movimiento en Ambato, la publicación con un equipo de Cursillistas de dos libros sobre el Movimiento, la amistad creciente con Quico y Carmita, y con varios hermanos de Rancagua y de Litueche.
Gracias  Virgen Dolorosa, gracias SEÑOR de la VIDA por tanta bondad para este siervo inútil que ni siquiera hace lo que debe hacer.
De Colores,
Pp Toro G.
Ecuador

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