Este tremendo y bello recuerdo del Papa en el Estadio cuando se dirige a los jóvenes chilenos. Hoy cobra toda su magnitud, relevancia y actualidad.
Dificil oportunidad de que a mi te toque-pensaba-pero la vida siempre nos tiene sorpresas. Bueno una de ellas fue la visita del Papa Juan Pablo II como el “mensajero de la vida”a nuestro país. Todos hablaban de su figura, su estampa, su magnetismo y fuerza. Su viaje pastoral era una buena oportunidad, hasta que nos invitaron en la comunidad al viaje a Santiago a conocerle.Nuestro pasaje desde El Carmen, Rancagua-decía; BUS Número 1- asientos 1 y 2- (por fin conoceríamos al Papa solo lo veíamos en la televisión). Así emocionados y contentos, cantando llegamos al Parque O Higgins- por fin era el peregrino de la paz, el Papa viajero, llega el momento justo para construir la reconciliación.Íntimamente decíamos: "calastes profundo amado padre, nuestro grupo de amistad de colores-llevó este nombre, queríamos contar con su ímpetu, fuerza,ejemplo entusiasmo y la entrega".
Pero aquel dia no fue posible. Recuerdo carreras y susto, ataques, fuego, casi perdemos el bus de regreso. No vimos nada. Asustado regresamos y perdimos la oportunidad ya que regresaba a Roma (cuando soñaríamos otra ocasión). Las oportunidades se dan una sola vez en la vida-decíamos- aunque, de improviso nos llegó la invitación de la Ultreya Mundial Jubileo Roma año 2000. desde Rancagua un grupo volamos con muchos chilenos y allí en la plaza San Pedro lo vimos por fin juntos los dos con Carmen-muy emocionados.......tuvimos que ir a ¡su casa!. Recuerdo emoción, historia, lágrimas pero valió la pena.
Han pasado los años.....me pregunto más de una vez: acaso ¿lo olvidamos?, le hechamos al olvido? Sus gestos, palabras, su fe tremenda.
Aquellos momentos erán sin duda inolvidables y mayor aún este dia DOMINGO 27 DE ABRIL que tiene un significado importante con nuestros dos Papas y su canonización JUAN XXIII y JUAN PABLO SEGUNDO en la inédita ceremonia de “los cuatro Papas”.
Hermanos mios, ahora también puedo decir como muchos.....¡conocí un santo! Y ruego al Señor que entre mis hermanos que lo aman lo siguen y trabajan por él pueda descubrir muchos-as más. Que cursillos sea esta fábrica de todos los que aman al Señor de corazón.
Gracias Juan Pablo II, gracias Señor, gracias hermanos.
“de colores”
CARMEN-ENRIQUE
RANCAGUA
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