27- * Mi amigo Juan- 50 años MCC en Chile




"San Pablo Apóstol, ruega por nosotros"
El llamado “apóstol de los gentiles”, es decir su evangelización fue desarrollada entre las ciudades y comunidades del extranjero. Escuchó la llamada de Cristo y realizó su misión recorriendo el mundo (un itinerario de 30 mil kilómetros) llevando la buena noticia a todos los hombres anunciando la salvación.
Y todo por que “alguien” cambió su vida por completo, en un viaje a Damasco; cae del caballo y queda ciego.


Perseguidor de Cristo y de los cristianos, talvez, como mucho de nosotros que aparte de no entregar nuestro aporte nos gusta entrabar a los trabajadores de la viña. No queremos usar los talentos recibidos farreándonos la oportunidad de hacer historia.
Mi admiración es extrema: entregó su vida por aquel que persiguió.

El Señor le dio una nueva identidad en ése camino; a nosotros, en un camino de tres días sin caballo nos derribó para descubrir por fin la verdadera vida para siempre.
Recordar, quizás con mayor abundamiento las palabras de la 1ª. Carta a los corintios 1,18 “Porque el mensaje de la cruz es locura paro los que se pierden, pero para los que nos salvaremos es fuerza de Dios”

Esta historia corta es el recuerdo de Juan Navarrete, un compañero de trabajo con el que compartimos un buen tramo de vida funcionaria.
Fue “un ciclón”, desprejuiciado, entusiasta. Lo tenía “anotado en mi bitácora de los candidatos a cursillos” por su fuerza, vigor y locura. (Pero es verdad que las intenciones no bastan).
Tenía el modelo de su madre, a la que tiernamente llamaba "Mariita" quien tenía todos los colores del arcoiris; una entusiasta cursillista. Pero, sin embargo con el hijo nunca encontramos el momento y la ocasión para hablar “de hombre a hombre”y hacerle la invitación formal.

Quizás parte de la dificultad es que era demasiado desordenado, ningún o poco apego a la Iglesia, pero igual demostraba una preocupación verdadera por el desvalido, el más pequeño de nosotros y el más necesitado; cuando un día me pide un inusual servicio: "tú que eres de Iglesia, necesito contactar ahora mismo con algún sacerdote para visitar urgentemente a mi cuñada que se encuentra muriendo de un cáncer terminal, creo yo- hace una pausa “salvadora y bien intencionada”, creo que necesita el sacramento de la reconciliación. (Chispas!, este tipo piensa mejor que cualquiera me digo) y nos fuimos a la Parroquia del Carmen con la secreta esperanza de encontrar pronto apoyo, aunque lo veía difícil había que intentarlo.
Sabedor del enorme trabajo apostólico y las salidas a las numerosas comunidades, guardaba la secreta esperanza de encontrar alguno disponible y cumplir con la extraña y amorosa petición de Juanito.


Por esas cosas que el Señor no más sabe, entramos con paso resuelto y nos encontramos con el mismísimo párroco: el padre Vito, dos palabras de la situación y partimos de inmediato. Llegamos a una casa que tenia muchas visitas que abrieron tamaños ojos al ver llegar a un cura. No entendía nada, al comienzo, después me entero que era una familia evangélica que se mostraron molestos y agresivos.


Entra el padre Vito, cierra la puerta y esos treinta minutos fue sentir una extraña sensación: estar al borde de un volcán a punto de estallar, pero con la alegría de aportar un granito de arena siquiera en la salvación de un hermano enfermo.

Juan nunca fue al retiro, al cursillo- quizás no fue su momento, pero recordando la imagen de San Pablo, no me cabe duda que habría sido un extraordinario dirigente; pero, me faltó un trabajo más permanente en ello también mucha oración.

Siempre tenemos nuevos cursillos y los candidatos llegan con dificultad, debo pedirte entonces que si  hoy, si tienes a tu lado a “un motor”, o un loco lindo, entusiasta aunque "alejado" no saques “cuentas humanas”; éste no podría ir al cursillo, este otro…no me tinca…..y este ..quizás ...porque todos sin distingos estamos llamados a ser santos, sin descontar a nadie.
Juan, tu ejemplo se actualiza en cada oportunidad en que creo encontrar a alguien que está en la búsqueda. Que aprenda a descubrir en cada persona un hermano especial ayer y hoy.  


TEXTOS SELECCIONADOS DE SAN PABLO
“Sirvamos cada cual con nuestros diferentes dones” (Rom 12, 6)
“Vivan en armonía unos con otros” (Rom 12, 16)
“Revístanse de Cristo Jesús, el Señor” (Rom 13, 14)
“Estén siempre listos para hacer el bien y evitar el mal” (Rom 16, 19)
“No cuenta ni el que planta ni el que riega, sino Dios que hace crecer” (1 Cor 3, 7)
“Juntos trabajemos en la obra de Dios” (1 Cor 3, 9)
“¿No saben ustedes que son Templo de Dios, y que el Espíritu de Dios habita en ustedes? (1 Cor 3, 16)

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